Sudáfrica empezó a enterrar a las 44 víctimas de la matanza de la mina de platino de Lonmin -el tercer productor mundial de platino- con tres funerales celebrados ayer, uno de ellos en la ciudad minera de Marikana. Cientos de residentes y trabajadores asistieron al funeral de Papi Ledingoane, de 24 años, en un cementerio en Marikana.

Ledingoane era uno de los 34 mineros que murieron el pasado día 16 cuando la Policía abrió fuego contra cientos de trabajadores que pedían un alza salarial.

Altos funcionarios del Gobierno, entre ellos el ministro de Salud Aaron Motsoaledi y el ministro de la Presidencia, Collins Chabane, estuvieron presentes. Otros dos mineros fueron enterrados en la provincia Oriental del Cabo, de donde procedían la mayoría de las víctimas.