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Raimundo Fitero

Abanicos

 

Pese a su perfil bajo, al menos en lo cuantitativo, la publicidad televisiva nos sigue marcando los tiempos. Si aparecen anuncios de coleccionables de artilugios varios, algunos inverosímiles, otros incomprensibles, pero muy especialmente cuando nos ofrecen los de abanicos, eso significa que se ha acabado el verano, empieza el curso, aparecen las depresiones post-vacacionales, las conversaciones nostálgicas, los correos electrónicos esperados de esos amores de viaje que pueden resultar efímeros o definitivos, por lo que nos todo nos ayuda a fijar la mirada puesta en un otoño que ya se huele y que nos va a dejar exhaustos. Lo demás son retóricas. La publicidad estacional forma parte de la estructura social y económica. Saben los expertos que hay momentos para las cervezas, los perfumes, los coches de formato medio o las tarjetas de crédito. La crisis ha variado parte del guión y probablemente se resquebraje el esquema, pero en lo básico así se mantiene. Además se han mancomunado algunas empresas y nos recuerdan que, antes que ciudadanos libres, somos consumidores marquistas, y que no nos despistemos con la crisis, lo bueno, lo mejor, lo que nunca falla está amparado por las marcas que se han gastado muchos millones de euros en publicidad para instalarse en nuestro imaginario como símbolo de un producto. Y es normal que en las cadenas generalistas apoyen a las marcas, porque son sus anunciantes. Las otras, las que son marcas blancas, no se gastan mucho en publicidad, por eso sus productos son mucho más baratos.

Los abanicos coleccionados son un tic, una manera de acotar los recuerdos, pero nos anuncian que llegan tiempos políticamente muy sofocantes, aunque económicamente glaciales, que van a tener repercusiones televisivas estructurales muy importantes. De entrada y para guardarse un poco más las espaldas, es decir para tener cerrado el cordón de hierro informativo, el último consejo de ministros, además de lo de alquileres y subsidios, autorizó la fusión Antena 3 y La Sexta. Ya está definido el duopolio; en Tele Madrid van a despedir a unos cientos de trabajadores. La TDT, se mantiene, es decir, todo son malas noticias. ¿Y EITB? Abanícame.