Estamos a punto de que comiencen los Juegos Paralímpicos de Londres y por primera vez en estos últimos 20 años no competiré en ellos. Me habría gustado participar, pero desde hace tres años estoy inmerso en un proyecto solidario incompatible con la alta competición. Aún recuerdo la ilusión con la que participé en Barcelona´92, fueron unos Juegos inolvidables en los que el deporte paralímpico se colaba en millones de domicilios que disfrutaban con un deporte diferente, lleno de emotividad y entrega.

Posteriormente llegó Atlanta, que fue un paso atrás en la evolución de nuestro movimiento. Fueron los Juegos del cemento, con muy poca asistencia de público a los estadios. Después, las citas de Sidney, Atenas y Beijing resultaron un éxito deportivo, con una gran asistencia de un público cada vez mas entendido, gracias al seguimiento de los medios de comunicación. Para estos Juegos de Londres espero una ciudad volcada con este acontecimiento, ya que desde hace varios años conocen el proyecto paralímpico, que ha ido de la mano con la propuesta olímpica.

En ello ha tenido que ver que la ciudad de Stoke Mandeville, en Inglaterra, sea la cuna de este deporte. A estos Juegos van siete deportistas vascos, que competirán en cinco disciplinas, y estarán capitaneados por el incombustible Richard Oribe, que acudirá a su sexta cita paralímpica. A todos ellos mucha suerte, y durante 12 días estaremos todos pendientes de sus resultados.