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Dos nuevas detenciones por encadenarse a las excavadoras en las huertas de Arantzadi

Dos personas fueron detenidas en la mañana de ayer por encadenarse a las excavadoras que están acabando con las huertas iruindarras de Arantzadi. Durante toda la mañana, un centenar de vecinos se acercó a demostrar su inconformidad con la construcción del parque.

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GARA | IRUÑEA

Las máquinas entraron por segundo día consecutivo en las huertas de Arantzadi para realizar las obras que las convertirán en un parque. A las ocho de la mañana, miembros del colectivo Arantzadi Bizirik! acudieron a defender la huerta de la familia Beroiz. Agustín, el dueño del terreno, se encontraba defendiendo lo suyo. «No puedo aceptar que me arranquen el trabajo de cuarenta años», señaló.

Las grúas, sin embargo, pasaron de largo y entraron en las tierras trabajadas por la plataforma, donde un hombre se encadenó a las máquinas, tratando de impedir que destruyeran los frutos de su trabajo.

Después de la primera detención, otro miembro del colectivo se negó a abandonar la finca, siendo también detenido. A partir de este momento mucha gente comenzó a sumarse a las movilizaciones.

Un grupo numeroso de gente se concentró a las 12.30 en la plaza del Ayuntamiento. Tras ser dispersados por la Policía Nacional española, las protestas se trasladaron, de nuevo, a las huertas. Allí, más de cien personas, mostraron su apoyo a aquellos que han trabajado las tierras de forma desinteresada, como es el caso de los integrantes de la plataforma Arantzadi Bizirik.

Allí, los miembros del colectivo recordaron que su labor se ha centrado en cultivar la tierra y «llevar alimentos a comedores sociales». Asimismo mantendrán las actividades programadas para este sábado, como el intercambio de semillas, la degustación de tomate, la comida autogestionada o los conciertos que habrá por la tarde.

«Actuación desproporcionada»

Los agentes de la Policía Nacional, que en un principio aseguraron que no había problema de concentrarse siempre y cuando no se traspasasen las vallas, decidieron que aquella protesta tampoco era legal. En Arantzadi se encontraban los concejales de Aralar en el grupo municipal de Nabai en Iruñea Aritz Romeo y Ana Barrena, la concejala de Izquierda-Ezkerra Edurne Egino y la parlamentaria por Nabai Asun Fernández Garaialde, que pidieron explicaciones a los agentes sin recibir respuesta. Los concejales de Nabai, además, recordaron que «la financiación de la segunda fase de la obra no está garantizada». Por otro lado, consideraron «excesiva y desproporcionada» la actuación policial.

Antes de abandonar las huertas, un miembro de Arantzadi Bizirik pidió pasar a la huerta, donde se había dejado un objeto personal. «Eso no es posible, la huerta no existe», le contestó el agente al mando, mientras sus compañeros se colocaban el uniforme antidisturvios ante las pacíficas protestas.

La actitud de las fuerzas de seguridad no cambió cuando los convocados volvieron a la plaza del Ayuntamiento. Antes de dejar que ninguna reivindicación tuviese lugar, procedieron a realizar identificaciones, incluída la prensa. Una de las personas identificadas, al tiempo que entregaba su documento de identidad, pidió al agente su número de placa. Este no tuvo problema en señalar la placa colocada en el pecho mientras ironizaba: «¿Sabes leer o te lo apunto?».

PARíS 365

Arantzadi Bizirik! ha realizado ha venido realizando en el comedor social París 365 dos entregas semanales de la verdura recogida en su huerta, ya que uno de sus objetivos es entregar comida a los colectivos más necesitados.

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