VUELTA 11ª etapa
Kessiakoff gana, Contador amenaza y Purito se refuerza
Joaquim Rodríguez mantiene el liderato con un solo segundo de ventaja. Con cuatro corredores en un minuto, las bonificaciones pueden resultar decisivas.
Amaia U. LASAGABASTER
Se pueden perder batallas si se acaba ganando la guerra. Un mal menor con el se darían un canto en los dientes todos los corredores que disputan la Vuelta pero que, de momento, solo puede aplicarse Joaquim Rodríguez. No marcó el mejor tiempo y su ventaja al frente de la general se vio reducida a la mínima expresión, pero el catalán fue el gran vencedor de la única contrarreloj de esta edición de la carrera.
Una especialidad que no solo no domina, sino que habitualmnente se le atraganta, con consecuencias devastadoras. Por mucho que la de ayer presentara un trazado atípico -casi como para considerarla una cronoescalada-, al menos teniendo en cuenta que los especialistas no tendrán más oportunidades. Aún así, Purito partía como víctima propiciatoria frente a sus cuatro perseguidores en la general.
Y, efectivamente, fue el que registró el peor tiempo de los cuatro, pero sus prestaciones estuvieron bastante por encima de lo que cabía esperar. En los 39'1 kilómetros entre Cambados y Pontevedra, apenas perdió un minuto con Alberto Contador, medio con Chris Froome y un puñadito de segundos con Alejandro Valverde, lo que le permite regresar a su terreno, del que prácticamente no se moverá ya la carrera, con el maillot rojo sobre las espaldas.
Aunque con muy poquitas distancias, teniendo en cuenta que se ha cubierto ya más de la mitad de la Vuelta. Los cuatro hombres que siguen pareciendo optar al triunfo final se apretujan en un minuto de diferencia.
Una buena noticia, en principio, para el espectador. Las diferencias son lo suficientemente cortas para que, teniendo en cuenta el carácter ofensivo del póker de gallos, las batallas con las que se ha disfrutado hasta ahora se sigan reproduciendo día tras día. Y una mala noticia, en principio, para quienes busquen la victoria parcial o el ascenso en la general con ataques lejanos: con tan poco margen entre los primeros clasificados, las bonificaciones pueden resultar fundamentales -ya lo están siendo, Contador encabezaría la clasificación sin ellas- para dirimir el vencedor en Madrid.
Más aún con el tipo de recorridos por los que se ha decantado la organización, reservando -aunque en esta segunda parte de la Vuelta se compliquen y endurezcan los trazados- prácticamente toda su dureza para los puertos finales.
El recorrido
Un estilo que, por cierto, no deja de generar cierta polémica, enfrentando a quienes se reconocen encantados con un perfil de carrera que, al menos con estos ciclistas, asegura la emoción, y quienes no comprenden cómo una carrera incluída entre las tres grandes puede permitirse que buena parte de la victoria final pueda decidirse en muros de un par de kilómetros o no asegurarse el triunfo del corredor más completo, cercenando de manera evidente las posibilidades de los corredores mejor dotados para la contrarreloj, que esta vez se han tenido que conformar con nada o casi.
Lo cierto es que la única cronometrada de esta edición dejó las cosas más o menos como estaban. Exceptuando la victoria de Fredrik Kessiakoff (Astana), al que nadie situaba tan arriba, los corredores se comportaron como cabía esperar. Mano a mano entre Contador y Froome -al que se le vio sufrir bastante en la ascensión a Monte Castrove-, que se saldó a favor del madrileño, que se quedó en puertas del triunfo de etapa y del maillot rojo, pero que se confirma como la principal alternativa a Purito Rodríguez. Y el catalán y Valverde sufriendo para perder el menos tiempo posible. Los dos superaron las expectativas.
También acabaron arriba los especialistas, pero esa ascensión -y su complicada bajada- a mitad de recorrido les dejó fuera de combate en la pelea por la etapa. Baste decir que Purito firmó mejor tiempo que Talansky, Castroviejo -se hizo con el décimo puesto-, Gesink o incluso Tony Martin. No que Beñat Intxausti, el mejor vasco de la jornada, que acabó en la quinta plaza a poco más de un minuto de Kessiakoff. Casi cuatro perdió Antón, al que nunca se vio cómodo y que se sitúa undécimo en la general, a 5'28'' del líder.
Es curioso lo de esta Vuelta, los dos kilómetros finales de la 12ª etapa -190 kilómetros entre Vilagarcía de Arousa y Dumbría- pueden marcar más diferencias que la contrarreloj de casi 40 que cubrieron ayer los ciclistas.
Y es que a las características de los corredores -sobre todo del líder y de Valverde- se les van a unir las durísimas rampas que tendrán que afrontar en ese final, acercándose al 30% en algún caso. Por no hablar de las bonificaciones.
Un botín muy jugoso que complicará el éxito de los aventureros, por mucho que el terreno rompepiernas por el que discurrirá la etapa invite a probar fortuna. A.U.L.
Poco que hacer han tenido los especialistas en esta Vuelta. La única cronometrada incluía un puerto a mitad de recorrido que impidió a la mayoría de los contrarrelojistas pelear por la victoria.
Beñat Intxausti y Jonathan Castroviejo completaron, tras Alejandro Valverde, la representación de Movistar en el top ten. La cruz entre los vascos fue para Igor Antón, que sigue sufriendo contra el crono. Perdió casi cuatro minutos y se va a los cinco y medio de desventaja en la general.