Lorea Burges Ruiz Libera-Euskadi
Quitar a la tauromaquia la respiración asistida
Es lamentable observar como la oposición del PP y del PSOE en el Ayuntamiento de Donostia utiliza las contradicciones de Bildu para conseguir la restauración de la tauromaquia en la capital guipuzcoanaDesde el movimiento animalista en Euskadi, y por ende desde la organización en nombre de la que escribo, hemos recibido con gran alegría la decisión de la corporación municipal donostiarra de no renovar contrato alguno con empresas taurinas. Este gran paso colma nuestras expectativas, pues responde a una reivindicación que animalistas y asociaciones contra la tauromaquia llevamos años pidiendo; la eliminación de las subvenciones públicas a las corridas de toros.
Es obvio que la máxima aspiración no solo de animalistas, sino de cualquier persona sensible y sensata, sería la abolición de estos espectáculos que tanto sufrimiento generan y que nos retrotraen todavía a los pasajes más oscuros de nuestra historia. Aquellos en los que las ejecuciones públicas de animales humanos o no eran utilizadas por los estamentos poderosos como aviso ejemplarizante para las clases más bajas y oprimidas. Corridas de toros durante la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XVIII se celebraban por la gran parte de Europa, y fue gracias a la Ilustración que estos espectáculos se abolieron en países como Gran Bretaña o en gran parte de Francia. El mapa de las plazas de toros hoy señala las zonas oscuras de una insuficiente Ilustración. Y no solo en España hay personas dispuestas a dificultar el avance moral de la sociedad, lamentablemente en Euskal Herria también hay muchos grupos de poder que no quieren que nos quitemos el olor a rancio.
Cuando solicitamos la retirada de las innumerables ayudas a la tauromaquia lo hacemos porque sabemos que las ganaderías taurinas, las plazas de toros y todo el negocio que alimenta la llamada «fiesta nacional» no puede mantenerse solo. No hay más que ver las imágenes de gradas vacías en las plazas de toros donde la edad media no baja de 45 o 50 años. La tauromaquia va a morir y quienes se posicionan en contra de la abolición y abogan por una muerte natural deberían ser coherentes y quitarle los tubos y la respiración asistida. En un pleno municipal, Bildu Bilbo solicitó al equipo del Gobierno la retirada de las subvenciones a Vista Alegre. Y he aquí que nos topamos con otro gran obstáculo; la falta de transparencia y la financiación indirecta a través de organizaciones de supuesta caridad como la casa de la Misericordia de Bilbo.
Es lamentable observar como la oposición del PP y del PSOE en el Ayuntamiento de Donostia utiliza las contradicciones de Bildu para conseguir la restauración de la tauromaquia en la capital guipuzcoana. Me refiero por supuesto, a los municipios de Bildu que mantienen toros y vaquillas, como Zestoa, Deba o Azpeitia. Y es indignante también escuchar los argumentos del PNV que centra toda la cuestión en términos de rentabilidad económica. Resulta obsceno obtener beneficios del sufrimiento de un ser vivo, pero si al PNV lo único que le preocupa son las cuentas públicas, le podemos dar muchas ideas de negocios pujantes para los cuales el único requisito es no tener excesivos escrúpulos.
No obstante, si bien aplaudimos la actuación de Bildu en Donostia y en Bilbo, no vamos a ser menos exigentes a la hora de pedir una posición clara y rotunda de Bildu como proyecto político en este y otros aspectos del maltrato animal. No solo en los municipios mencionados donde lo deseable hubiera sido que el gobierno municipal suprimiera los toros. En Lekeitio, también gobernado por Bildu, la centralidad de la fiesta gira en torno a la utilización despiadada de animales. Si bien hace años que los gansos se cuelgan muertos, las aves se sacrifican expresa y únicamente para el Antzar Eguna. Los defensores argumentan que esos gansos iban a morir de todas maneras, pero ¿es necesario hacerles pasar por el calvario del viaje de Francia hasta Bizkaia, hacinados en camiones y angustiados por no saber qué es lo que les espera? Deberíamos saber que numerosos animales de especies destinadas al consumo humano sufren colapsos nerviosos y paradas cardiacas durante los trayectos debido al terror que padecen por no comprender la suerte que les espera, o al calor sofocante consecuencia de las altas temperaturas y la falta de espacio. La realidad del transporte de animales de abasto es una de las más duras, siniestras y menos conocidas del abuso animal.
Por último, y no menos importante, retirar las subvenciones a la tauromaquia deber ser una decisión responsable en un contexto de grave recesión económica. De momento, Illunbe le va a costar al Ayuntamiento de Donostia 28 millones de euros en concepto de indemnización a la empresa de Chopera por irregularidades en la concesión del servicio que llevó a cabo el equipo de Odon Elorza. No hay más que dividir este importe entre el número de habitantes de Donostia para saber lo que le va a costar a cada ciudadano o ciudadana una plaza de toros que recién construida ya comienza a necesitar reformas. Por eso, podrían haber tomado buena nota en el Ayuntamiento de Orduña y utilizar el dinero destinado a las corridas de toros en sanear su deteriorada tesorería.