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SANCIONES

Competición se queda con el acta y atiza a Puñal

El capitán rojillo deberá cumplir cuatro encuentros de sanción por insultar gravemente a Muñiz Fernández, aunque el club intentará reducir el castigo recurriendo ante el Comité de Apelación.

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GARA | IRUÑEA

La resaca de la derrota frente al Barcelona está resultando incluso más dura de lo que cabía prever. Por si no fuera suficiente con ver evaporarse los puntos tras una gran actuación, la familia arbitral ha acabado de enturbiar la semana.

Primero fue Muñiz Fernández, que no solo participó, involuntaria pero activamente, en el primer tanto azulgrana, sino que allanó definitivamente el camino de los culés expulsando a Patxi Puñal. Ayer el Comité de Competición, que parece haber comenzado el curso con ganas porque, junto a otros castigos llamativos -en algún caso por inusual-, sancionó con cuatro partidos de suspensión a Patxi Puñal. Le aplicó el artículo 94 del Código Disciplinario, según el cual «insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al árbitro principal, asistentes, cuarto árbitro, directivos o autoridades deportivas, salvo que constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos». Vamos, que se quedó con la opción más suave, pese a que Muñiz Fernández reflejó en el acta que había expulsado al capitán iruindarra por «protestar airadamente con los brazos en alto, diciéndome textualmente «Me cago en tu puta madre»».

El problema es que, según Patxi Puñal, esas palabras no existieron. El jugador reconocía el lunes que se había equivocado y se confesaba arrepentido «porque no se puede dar esa mínima opción. Aún con toda la rabia de cómo había sido la jugada continuaba-, de que no me dejó llegar al balón, me tenía que haber guardado toda esa rabia y no dar una mínima opción al árbitro. Es un error mío», asumió el capitán, pero dejó bien claro que no había insultado al colegiado. «Yo no le dije eso al árbitro, sin duda. Además -añadió-, yo creo que Muñiz no lo escucha ni aunque yo lo diga».

Todo eso lo tendrá que explicar Osasuna en el recurso que ya ha anunciado que presentará ante el Comité de Apelación. Si el castigo no se rebajase, Puñal se perdería los encuentros frente a Celta, Mallorca, Zaragoza y Levante, y no reaparecería hasta el próximo 7 de octubre, cuando Osasuna visita al Athletic en San Mamés.

La sanción a Puñal no es el único revés que propinó ayer Competición al club navarro, que vio cómo las alegaciones presentadas por las amarillas mostradas a Sisi y Cejudo se quedaban sin respuesta. También en este caso, Osasuna recurrirá ante Apelación.

En cualquier caso, es evidente que Puñal no estará el sábado en Balaídos y con esa previsión comenzó a preparar ayer el encuentro José Luis Mendilibar.

Aunque Joseba Llorente, con molestias gástricas, no realizó la parte final del entrenamiento, la vuelta al trabajo de los rojillos se saldó con buenas noticias porque Nano, que todavía no ha podido debutar oficialmente, volvió a ejercitarse al ritmo de sus compañeros. No es el caso de Armenteros, que tampoco ha podido vestirse de corto aún, pero que sigue trabajando por su cuenta.

BAJAS

Teniendo en cuenta que Nano volvió a entrenar ayer con el grupo, Osasuna afrontará la visita a Balaídos con dos ausencias, la del sancionado Puñal y la del lesionado Armenteros, que todavía trabaja por su cuenta.

Oier se enfrenta al equipo en el que probó «lo bonito que es jugar al fútbol»

De vuelta en Osasuna, Oier Sanjurjo intenta ganarse un hueco en los planes de José Luis Mendilibar. De momento ha entrado en las convocatorias ante Deportivo y Barcelona, pero todavía no ha disputado un solo minuto. Su próxima oportunidad la tendrá ante el equipo en el que, precisamente, se ganó el derecho a regresar.

Un Celta ante el que vivirá, cinéndose al tópico, una tarde especial. Y rara. «Voy a tener una sensación extraña porque hace dos meses eran mis compañeros y yo defendía esos colores -confesó-. Ya he recibido muchas llamadas y me han dicho que me recibirán con los brazos abiertos».

No es una cuestión exclusivamente sentimental. Tras unos inicios complicados, tuvo que esperar a que mediase la primera vuelta para que Paco Herrera le diese su confianza. En un puesto inhabitual, el de central derecho, pero del que Oier acabó adueñándose. Tuvo minutos, buenas actuaciones, participó en el ascenso y se ganó el cariño de la grada. No es de extrañar que asegure que en el conjunto gallego probó «lo bonito que es jugar al fútbol».

Unas sensaciones que ahora quiere «volver a tener» en Osasuna, donde «entre lesiones y pocos minutos» no ha tenido excesiva fortuna en el pasado. Pero es una «nueva etapa» y el defensa se concentra en ganarse, esta vez sí, un hueco, aunque asuma la dificultad. «Esto no ha hecho más que empezar, somos 25 y solo juegan once. Hay mucha competencia, sobre todo en defensa. Me esfuerzo por cambiar la situación y poder tener minutos». Que será más complicado tras la buena actuación del equipo ante el Barcelona. «Se hizo un partidazo, todos merecen jugar el próximo partido», reconoció. GARA

Los gallegos apelan a la rabia y al orgullo

Como Osasuna, el Celta -que espera incorporar un par de jugadores entre hoy y mañana- tampoco ha sido capaz de sumar ningún punto. Para estrenarse contra los rojillos, apela al orgullo y a la rabia. «Estas derrotas nos van a servir para sacar nuestro orgullo -aseguró Cristian Bustos-. Se nota en el ambiente que queremos ganar ya». «Espero que toda la rabia que hay en el vestuario se plasme en el campo contra Osasuna», corroboró Gustavo Cabral.

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