La ciudad costera de Mombasa (Kenia), escenario de disturbios tras la muerte el lunes de un predicados islamista, se mantuvo bajo estricta medidas de seguridad ayer por la visita del presidente, Mwai Kibaki, que tomó parte en una feria agrícola con aparente preocupación por intentar mostrar la vuelta a la normalidad.

Cientos de miembros de las Fuerzas Armadas se desplegaron en los últimos días para restaurar la calma en la segunda ciudad del país. Los disturbios comenzaron el lunes inmediatamente después de la muerte del predicador Aboud Rogo Mohammed.

«Mombasa está tranquilo, se ha restaurado la normalidad», dijo Ambrose Munyasia, un oficial de policía.

La Embajada del Estado francés en Kenia sin embargo, recomendó ayer ir con atención sobre todo «por la ciudad y sus alrededores», popular destino turístico.