CRíTICA Quincena Musical
Debussy desde lo contemporáneo
Mikel CHAMIZO
Un programa centrado en la música pianística francesa de una época muy concreta, la que abarca los quince años que separan el primer libro de «Imágenes» de Debussy (1905) de los «Tres nocturnos» de Satie (1920). Una compilación que, con sutileza, nos permitía comprobar las similitudes, numerosas, pero también las grandes diferencias que separan a estos cuatro autores representativos de ese «París de Debussy» sobre el que gira la Quincena este año.
Gustavo Díaz-Jerez, que es también compositor, abordó la interpretación de estas piezas bajo una óptica muy influenciada por la contemporaneidad musical. Si uno de los principios de Debussy, en su revolucionaria revisión de la técnica pianística, fue minimizar la sonoridad percutiva del instrumento, es decir, privilegiar las resonancias y colores armónicos por encima del golpe de los macillos, Díaz-Jerez casi dio la vuelta a esa pauta en sus interpretaciones de «Ce qu'a vu le vent d'Ouest» o el «Scarbo» de Ravel. Con unas dinámicas fuertes a veces explosivas y una fijación clara en el sonido y su metamorfosis por encima de aspectos compositivos más abstractos, las vesiones de Díaz-Jérez fueron reveladoras de todo lo que se puede proyectar sobre estas partituras pero, quizá, demasiado extremas.
Es decir, que cuando Ravel escribe un complejo acorde de siete notas probablemente lo que quería que ese acorde fuera reconocible como tal, y no como un golpe o un ruido coloreado. Aunque el programa le permitió lucir sobradamente su virtuosismo, los acercamientos más logrados de Díaz-Jérez fueron, en mi opinión, a las piezas aparentemente más sencillas, las de Satie, a las que supo dotar de una complejidad rítmica y riqueza de detalles deslumbrantes.
Intérpretes: Gustavo Díaz-Jerez, piano.
Programa: Trois valses distinguées y Trois nocturnes de Satie, Images (libro 1) de Debussy, Trois morceaux de Lili Boulanger y Gaspard de la nuit de Ravel.
Lugar y fecha: Donostia, Sala Club del Victoria Eugenia. 29/8/2012.