Jiménez afirma que «ya está preparado» para un adelanto electoral en Nafarroa
Roberto Jiménez asegura que el Gobierno de Yolanda Barcina «está agotado». Según el exvicepresidente, el PSN está listo y preparado para un adelanto electoral. Aun así, se resiste a exigir a Yolanda Barcina que convoque elecciones, como ya ha hecho el resto de la oposición.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
El líder del PSN asegura que «ya está preparado» para unas elecciones en Nafarroa. Roberto Jiménez -que recibió ayer la visita de Óscar López, el secretario de Organización del PSOE- convocó a los medios en su sede de Iruñea para lanzar un mensaje a veces blando y a veces muy crítico contra el Gobierno navarro. Aseguró que el proyecto de Yolanda Barcina «está agotado», pero rehusó pedir abiertamente un adelanto electoral. De la misma forma, cargó con extrema dureza contra las últimas medidas de UPN, para luego definir la estrategia de su partido como una línea de «oposición propositiva».
Jiménez aseguró que Barcina oculta información al Parlamento y a la ciudadanía, y dijo que «no tiene escrúpulos» a la hora de recortar. Según su versión, el papel del PSN en el Gobierno de coalición fue el de convertirse en un «dique de contención» que moderaba las drásticas medidas de la «derecha de UPN». Así pues, con su marcha del Ejecutivo, se habrían agudizado los recortes en materia sanitaria y educativa a la par que se aumentaba la presión fiscal para los ciudadanos sin criterios de equidad.
El PSN cargó también contra la falta de credibilidad que tienen las cuentas que presenta el Ejecutivo. El techo de gasto que marcó el miércoles la vicepresidenta económica, Lourdes Goicoechea, no tiene fiabilidad para Jiménez. «En junio, cuando nos echaron, decían que el PIB iba a subir en el segundo semestre. Ahora calculan que el año que viene descenderá», manifestó el exvicepresidente para sostener sus acusaciones.
La seguridad expresada ayer por Jiménez para afrontar unas elecciones es nueva. Hasta hace bien poco, el PSN comentaba en público y en privado que no les convenía un adelanto electoral. El más claro en eso fue Juan José Lizarbe, coportavoz parlamentario junto a Jiménez, quien puso sobre la mesa la posibilidad de una moción de confianza que permitiera elegir un nuevo presidente con el actual reparto de escaños «y así ahorrar el coste de unas elecciones a los navarros». Sin embargo, ayer Jiménez descartaba esa posibilidad porque les obligaría a depender de los parlamentarios de Bildu.
Ferraz, en clave de Madrid
Óscar López, por su parte, entró poco en las particularidades de Nafarroa y centró su discurso en arremeter contra Rajoy. A su juicio, una de las meteduras de pata más grave del presidente español fue la gestión de Bankia, entidad para la que el PSOE reclamó una investigación, que no llegó a buen término por la oposición del PP. Preguntado sobre la diferencia de criterio entre Bankia y Caja Navarra, López dijo que la CAN no ha sido intervenida. Por su parte, Roberto Jiménez aseguró que decir que el valor contable de Caja Navarra perdió 800 millones en dos años es un «simplismo».
La presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, aseguró ayer que no es momento de elecciones, sino de «grandes acuerdos». La líder de UPN disfrazó este nuevo llamamiento al PSOE, el único partido que podría estar dispuesto a darle de nuevo la mayoría, con una apertura a todas las fuerzas de la Cámara, sin excluir expresamente a Bildu, como hasta ahora hacía de forma sistemática. Realizó estas declaraciones en la inauguración de una nueva empresa en Sakana, que empleará a una treintena de trabajadores.
La presidenta intentó desmarcarse de los adelantos electorales anunciados en la CAV y Galicia con el argumento de que es perfectamente capaz de gobernar en minoría. Barcina se apoya en la hemeroteca, pero la realidad actual no tiene nada que ver con las situaciones anteriores, ya que el PSN siempre ha sido la pata en la que se ha apoyado, UPN y ahora ese apoyo tácito no se da. La presidenta aseguró ser defensora del autogobierno, pero dice que no es el momento de marcar diferencias. A.I.
I-E abrió el curso político reclamando una «rebelión democrática» que frene la «guillotina social». A su juicio, solo una fuerte respuesta de la sociedad, basada en la solidaridad, puede hacer frente al neoliberalismo.