Texto: Mikel INSAUSTI Fotografías: Columbia TriStar Marketing Group, Sony Pictures y Aurum

Lo de los premios es una lotería, aunque en el cine hay unos intérpretes que son más premiables que otros. A Tommy Lee Jones le ha tocado el trabajo duro dentro de la profesión, el que casi nunca obtiene la merecida recompensa. Si a lo largo de sus más de cuarenta años de carrera cinematográfica solamente ha recibido un Óscar al Mejor Actor Secundario, en 1993, es debido a que en la industria de Hollywood le ven como a un actor de carácter, alguien que nunca adquiere el protagonismo absoluto. Los productores, en consecuencia, le llaman para hacer de villano, de maduro acompañante de la estrella femenina o de tipo paternal para el joven junto al que ha de formar pareja intergeneracional, cuando no de viejo colega de otros de su misma quinta.

Pero si hablamos de criterios artísticos, ahí la figura de Tommy Lee Jones se agiganta, porque no se puede ser mejor actor que él. Es un claro ejemplo del profesional que mejora con los años, hasta convertirse en uno de los más respetados y admirados. Sus comienzos no fueron muy llamativos, debutando con un pequeño papel en «Love Story». En los 70, intervino en producciones de serie B de Roger Corman e hizo mucha televisión, para en las dos décadas siguientes convertirse en un rostro habitual del cine de acción comercial. No hay espectador que vaya de vez en cuando al cine que no le conozca, y no digamos ya por el dichoso rol del agente Sam Gerard, perseguidor de Richard Kimble en la versión cinematográfica de la mítica serie televisiva «El fugitivo».

Tommy Lee Jones ha empezado a recoger los frutos de tanto trabajo de un tiempo a esta parte, consiguiendo en los últimos años convertirse en un actor de prestigio, solicitado por los cineastas más importantes. Siempre ha estado bien pagado, pero a su cotización en el mercado, gracias a la franquicia «Hombres de negro», se le va sumando la libertad que permite escoger los papeles, decantándose progresivamente por colaborar con verdaderos creadores.

TOMMY LEE JONES DIRIGE

El punto de inflexión en la carrera del tejano lo marca en el año 2005 «Los tres entierros de Melquiades Estrada», que le valió el premio de Mejor Actor en Cannes, junto con el de Mejor Guión para el mexicano Guillermo Arriaga, que hasta entonces había colaborado con Alejandro González Iñárritu. La forma en que Jones llegó a la dirección de la película fue fruto de su amistad personal con Arriaga, ya que suelen cazar juntos en su rancho de Texas y pensaron que, siendo los dos procedentes de los respectivos lados de la frontera entre el sur de Estados Unidos y el norte de México, debían colaborar en una historia fronteriza.

La película iba a resultar tan influyente, con su narrativa secuencial, fragmentada y no cronológica, que después el nombre de Tommy Lee Jones se ha visto ligado a proyectos igual o más exigentes. Robert Altman lo llamó para su obra póstuma «El último show», Paul Haggis para «El valle de Elah», los hermanos Coen para «No es país para viejos», Bertrand Tavernier para «En el centro de la tormenta» y John Wells para «The Company Men». Ya me dirán que actor es hoy en día capaz de encadenar seis rodajes seguidos de semejante nivel. A todos estos títulos, además, habría que añadirle su tercer trabajo en la dirección, el segundo para el medio televisivo. Se trata de «The Sunset Limited», basado, al igual que «No es país para viejos» en un texto de Cormac McCarthy. Ante la cámara solo aparecen él y Samuel L. Jackson, para discutir en una habitación conforme a sus posturas encontradas entre el ateo y el creyente convencidos.

Y la racha no decae, porque el tejano está en el reparto principal de «Lincoln», biopic de Steven Spielberg protagonizado por Daniel Day Lewis, y también Luc Besson ha contado con él para «Malavita», donde acompaña a Robert De Niro, un gángster que se retira a Normandía. Tan frenético ritmo en el cambio de caracterizaciones no le va impedir concentrarse en el personaje histórico del general MacArthur, al que encarna en «Emperor».

Y con tanto ajetreo no pierde el humor, ya que la comedia que le trae a Donostia es «Si de verdad quieres...», originalmente titulada «Hope Springs», porque se desarrolla en dicha localidad. La dirige David Frankel, el de «El diablo viste de Prada», y Jones forma pareja nada menos que con Meryl Streep, como un matrimonio al borde del divorcio que acude a la terapia que imparte el personaje de Steve Carell.

LOOKING FOR OLIVER

Tommy Lee Jones va a tener oportunidad de coincidir en Donostia con otro viejo conocido, al que, para mayor casualidad también conceden el premio Donostia. A Oliver Stone le unen muchas cosas, empezando porque ambos nacieron el mismo año: 1946. Han trabajado juntos en «J.F.K.», «El cielo y la tierra» y «Asesinos natos». En «J.F.K.» Oliver Stone le dió la oportunidad de formar parte del más interminable de los ya de por sí colosales repartes estelares que tanto le gusta reunir, y donde también estaba Sissy Spacek, una actriz con la que ha compartido cartel muchas veces desde que lo hicieran por primera vez en «Quiero ser libre», biopic de 1989 sobre la cantante de country Loretta Lynn.

Tommy Lee Jones también coincide en la edad con Sylvester Stallone, quien, aunque no lo parezca, ha cumplido ya los 66. Viene bien para recordar que el italoamericano no ha inventado la película de antiguos colegas y que Tommy Lee Jones participó en «Space Cowboys» junto a otros veteranos como Clint Eastwood, quien dirigió la película, James Garner y Donald Sutherland. A los cuatro astronautas protagonistas les llegaba la tardía oportunidad de una misión especial cuando ya no la esperaban y estaban más bien retirados. Resume a la perfección la historia personal de Tommy Lee Jones y su constante superación.