Clasificatoria de la bandera de La Concha
Kaiku gana, pero Chapela triunfa
La embarcación viguesa, segunda clasificada de la Liga Gallega, fue la principal sorpresa de una calificatoria que vio cómo San Pedro y Castro se quedaban fuera. De cara a la regata del domingo, las traineras de Kaiku y Hondarribia coincidirán en la primera tanda.
Arnaitz GORRITI
Como siempre, jornada de sonrisas y lágrimas. Cuesta asociar el célebre musical con el rudo mundo del remo, y más cuando las traineras no son sino reminiscencias de las lanchas balleneras. No obstante, la clasificatoria para la bandera de La Concha volvió a dejar una ristra de derrotados y unos pocos ganadores que difícilmente podían evitar la risa de oreja a oreja.
Kaiku, Urdaibai, Hondarribia, Astillero, Tirán y Pasai Donibane cumplieron más o menos con los pronósticos, y se ganaron la clasificación para el domingo. Chapela, con el sexto mejor tiempo, reventó todos los vaticinios y fue el principal triunfador del día.
Y aunque obtuvo el sexto mejor tiempo, a casi 50 segundos de la «Bizkaitarra» de Kaiku, la trainera que obtuvo el mejor registro, toca subrayar como principal triunfadora a la embarcación de Chapela. La trainera viguesa ha realizado una muy buena temporada en la Liga Gallega, terminando en segunda plaza, empatada a los puntos con Amegrove -ausente en la bahía donostiarra-. Por culpa de problemas económicos, recientemente ha decidido no tomar parte en el play off de ascenso a la Liga San Miguel.
Así las cosas, quiso resarcirse con una buena tanda calificatoria, y bien que lo hizo. Partiendo entre las traineras que bogaron en el grupo B, con los participantes de la Liga ARC-1, dieron una auténtica lección de remada, sobre todo en el largo de ida. El oleaje y el fuerte viento de noroeste exigían mucha pericia. Pericia y cabeza fría, y los vigueses mostraron ambas virtudes. Aprovecharon que la fuerza del viento había caído un tanto respecto a lo que tuvieron que soportar los primeros participantes, y bogaron sin dejarse llevar por la ansiedad, y evitando en la medida de lo posible los brincos en una mar embravecida.
Llegada la ciaboga, lograron el quinto mejor tiempo, empatados con Astillero, mientras que traineras como Pasai Donibane, Castro, Pedreña, Orio o Portugalete veían incrédulos la referencia de este inesperado rival, cuando sus calculadoras echaban humo a la hora de vigilar las más peligrosas referencias.
Chapela debía mantener en la empopada la buena línea del largo de ida. La cuestión era atrapar todas las olas posibles y aprovechar esos enviones para volver a toda velocidad, evitando por su parte cruzarse o meterse en los «valles» de esas mismas olas. La embarcación galaica no fue la más rápida, pero tampoco cometió errores, así que logró entrar entre los siete primeros. Su inmensa alegría en el puerto resultaba tan lógica como contagiosa.
Inesperadas decepciones
La incursión del segundo clasificado de la Liga Gallega entre los mejores para disputar la bandera de La Concha se cobró su evidente peaje. Tripulaciones como San Pedro, quinta en la general de la Liga San Miguel, y Castro, séptima, dieron el petardazo de la jornada, sobre todo «La Marinera», cayendo a un triste decimotercer lugar.
Las incontables dificultades de la regata cayeron como una piedra sobre estas embarcaciones, amén de otras como Pedreña, Portugalete o la misma Orio, que se vieron enzarzadas en una pelea por la séptima plaza que se tornó baldía después de que Chapela entrara en meta.
Fue Pedreña quien se llevó el mayor chasco. Uno tras otro, vio cómo Orio, Portugalete o san Pedro quedaban detrás de la «Seve Ballesteros» por muy escasos segundos de renta, incluso centésimas, como fue el caso de la «Libia», pero la llegada de Chapela dio al traste con sus ilusiones, como confesaba en meta su delegado Calixto Fresmanes.
Pasai Donibane, por su parte, pudo respirar aliviada, aunque logró la clasificación sin poder quitarse el susto del cuerpo. La trainera de Koxtape remó en primer lugar, ejerciendo de referencia para los 23 botes restantes. Los más de 12 minutos que hizo en llegar a la ciaboga, o los más de 22 minutos que precisó para detener el cronómetro auguraban mucho sufrimiento, y ciertamente, con la imagen de los mejores botes superando sistemáticamente sus registros, les tocó padecer lo suyo en toda la tanda calificatoria. Y por si habían sufrido poco, el corolario gallego, que relegó a la embarcación rosada al borde del abismo, aunque en el lado bueno.
Enorme contraste con los vecinos, ya que San Pedro se va a quedar otro año sin poder bogar en los «Juegos Olímpicos del remo». Y para la «Libia» ya van unos cuantos años. Concretamente cuatro. Un duro golpe.
También hay lógica
En una jornada caótica en lo climatológico y casi también en lo deportivo, también hubo espacio para la lógica. Por ejemplo, lógico fue que Kaiku, a pesar de quebrar una tosta durante el calentamiento, lograra el mejor registro. Lógico fue también que Urdaibai y Hondarribia fueran sus más directos perseguidores.
A día de hoy no parece fácil derrotar a los de Sestao. Con buena o con mala mar, Kaiku impone su fuerza y su pericia, y ayer no fue una excepción. Saliendo por detrás de Urdaibai, manejó a la perfección la referencia de la «Bou Bizkaia» para marcar los mejores tiempos.
Tras la regata, se sortearon las dos tandas de la regata del domingo. A resultas del mismo, Kaiku y Hondarribia, dominadores de la Liga San Miguel, coincidirán en la primera tanda, junto con Chapela y Astillero. Urdaibai, Donostiarra, Tirán y Pasai Donibane se verán las caras en la segunda. Habrá que ver si entonces también se impone la lógica o si la mar vuelve a ponerse caprichosa.
Como si de unos niños en el recreo se tratasen, los remeros de Chapela constituían un espectáculo en sí mismo. Saltando al agua, remojándose los unos a los otros, para la trainera de Vigo lograr colarse en La Concha ya parecía un triunfo o algo más. Uno de sus remeros, Benjamín Vázquez, recibía el abrazo de su esposa e hijo, mientras que a duras penas lograba explicar la alegría que lo desbordaba.
«Teníamos la ilusión. Veníamos a dar el 100% y que el resultado fuera el que tocaba ser. Sabíamos que a partir de la sexta plaza podríamos tener nuestras opciones, pero bueno, estamos muy felices», comentaba el remero de la embarcación galaica.
«Fue una regata con sensaciones raras debido a la mala mar. Sabíamos que a la altura de la ciaboga íbamos quintos, pero ya en la meta nos decían que habíamos sido sextos, otros octavos... y por eso ha sido una alegría muy grande. En 25 años de historia, es lo mejor que le ha pasado al club», añadía.
El delegado de Chapela, Fernando Collazo, vivía en secano con idéntica alegría el triunfo de sus muchachos en el agua. «La verdad es que no me lo creo aún. Contra todo pronóstico hemos hecho una muy buena regata, y veremos qué pasa el domingo. Ciertamente, veíamos muy difícil el poder pasar, y ahora, como creo que esto ha sido un `subidón' para todo el equipo, creo que hará un buen papel», reconocía.
Mucho más tranquilo, José Luis Korta reconocía sus «eternos sufrimientos» pese a que los suyos obtuvieran el mejor registro de la calificatoria.
«Esto es increíble. Llevo viniendo a la clasificatoria de La Concha un montón de años y cada vez lo paso peor», reconocía el de Ortzaika. Sin embargo, añadía a su vez que «hemos roto la tosta del proel en el calentamiento y por eso tenía muy malas sensaciones, pero es cierto que hemos estado a buen nivel».
El preparador de Kaiku hacía una curiosa estadística. «Mi palmarés dice que me llevo La Concha una vez cada tres años, así que veremos si se cumple. Lo cierto es que en los dos años anteriores veníamos como favoritos y nos pasaron por encima, pero vaya, vamos a intentar ganar».
La cruz de la moneda, lógicamente, se encontraba entre los eliminados. Borja Gómez, patrón de Padreña, no podía ocultar su decepción: «Teníamos que llegar en tiempos en el largo de ida. Hemos vuelto muy bien, pero perdimos demasiado en el primer largo. Hemos sufrido mucho, pero con lo mala que estaba la mar, debo dar la enhorabuena a los remeros».
El delegado de Pasai Donibane Xabier Arraras respiraba al ver a los sanjuandarras en La Concha. Y además puntualizó un detalle curioso. Por primera vez, un club clasifica un bote tanto en chicos como en féminas.