El presidente estadounidense, Barack Obama, y el candidato presidencial republicano, Mitt Romney, virtualmente empatados en las encuestas, emprendieron este fin de semana la etapa más intensa de sus respec- tivas campañas electorales.

Romney fue designado candidato presidencial el jueves en la Convención Nacional Republicana en Tampa, Florida, y ayer cambió su agenda para visitar a los afectados por el paso del huracán Isaac, que ha dejado siete muertos, tomando la delantera a Obama, quien no tiene previsto acudir a Louisiana hasta el lunes. Quizá le sirva para mejorar su imagen y ganar apoyos, ya que aunque las convenciones suelen fortalecer la posición de los candidatos en las encuestas, las más recientes no señalan una mejoría notable en su caso.

Obama, que inició una gira por Iowa, Colorado, Ohio y Virginia -los cuatro estados donde hay más indecisos- y cuya candidatura a la reelección hará oficial la Convención Nacional Demócrata la próxima semana en Charlotte, mantiene una ventaja, aunque mínima, sobre Romney.

Los analistas esperaban que, al menos por unos días, la candidatura del republicano luciese más atractiva que la de Obama.

Si Rusia irrumpió en la campaña electoral estadounidense el viernes al criticar las palabras de Romney respecto a Vladimir Putin, a quien prometió mayor firmeza en su relación, ayer le toco el turno a China.

Beijing criticó las acusaciones «sin fundamento» contra China del candidato republicano en su primer discurso, cuando dijo que la política económica de la Administración Obama había favorecido al gigante asiático y pidió a los políticos estadounidenses que observen a China «objetiva y racionalmente» y «contribuyan más a la confianza y la cooperación mutuas».