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La jornada laboral media europea se sitúa en 38,1 horas semanales

La jornada laboral en la UE-27 se situó en 2011 en 38,1 horas, lo que apenas significó una reducción de treinta minutos respecto a dos años atrás. Sin embargo, la «troika» ha sugerido a Grecia que debe alargar la semana laboral a seis días, con el consiguiente aumento de la jornada laboral. Camino contrario al de unos hace años, cuando se pedían las 35 horas para crear empleo.

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Juanjo BASTERRA

La excusa de la crisis económica está sirviendo a los empresarios para adelgazar sus plantillas y está poniendo de manifiesto que se va hacia un escenario futuro de plantillas reducidas, pero con jornadas de trabajo más amplias. Esta semana la troika, formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), comunicó a Grecia la necesidad de aumentar la semana laboral de cinco a seis días y reducir el descanso mínimo entre turnos de trabajo a once horas, además de eliminar las restricciones a los cambios de turno de mañana y de tarde según las necesidades del empresario. Igualmente, la troika exige reducir a la mitad la indemnización por despido y el plazo del que dispone el empresario para notificar la rescisión del contrato.

La realidad es que, según los últimos datos de la Fundación Europea para la mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, la jornada laboral apenas está reduciéndose en la Unión Europea de los veintisiete estados y, por otro lado, ya no se habla de aquella demanda de las 35 horas, iniciativa con la que el Estado francés logró reducir el desempleo de forma drástica. Grecia es uno de los once países donde la jornada laboral es más alta, 40 horas, y la jornada laboral real se sitúa en 39,9 horas a la semana. Por lo que esa iniciativa de la troika se entiende desde las centrales sindicales como «una nueva vuelta de tuerca, que se irá extendiendo por los países rescatados, y los que están a la espera de serlo», como explicó la Confederación Sindical Internacional (CSI) nada más conocerse la noticia.

Estos aires neoliberales que recorren Europa están perjudicando las condiciones de trabajo y están impidiendo con sus medidas, por ejemplo, la ampliación de la edad de jubilación, que haya una renovación del mercado laboral. Con la jornada laboral está ocurriendo de la misma manera. En vez de ir reduciéndose para que puedan trabajar más personas, se ha optado por el camino inverso.

Los datos referidos a 2011 indican que el promedio del tiempo de trabajo semanal en la UE se situó en 38,1 horas. Son 30 minutos semanales menos que en 2004 en el caso de los países de la UE-15, y una hora y treinta minutos más en los nuevos estados integrados en Europa. La media anual en la UE-27 alcanza las 1.720 horas, aunque va de 1.686 horas en la UE-15 a las 1.830 horas en los nuevos estados integrados.

La Fundación Dublín, como se le conoce, admite que es difícil un control exhaustivo de los datos porque se mezclan horas extraordinarias con jornadas a tiempo parcial, pero sí que llega a una conclusión: la jornada laboral no se rebaja. De hecho, el estudio reconoce un «cambio significativo» en lo que ha ocurrido en el Estado español al imponerse que la jornada laboral del sector público pase de las 35 a las 37,5 horas. Aunque esta medida se ha querido adornar con un envoltorio de que de esta manera se reduce el déficit público, la realidad es que la presión de las patronales empresariales ha sido efectiva para que el resto de los trabajadores no reclamasen esa jornada laboral.

Si se toman las horas reales de trabajo semanal, el abanico de trabajo va desde las 41,3 horas semanales de Rumanía a las 37,8 horas de Finlandia. En el Estado español se sitúa en 39,4 horas semanales y en el Estado francés, 38,1 horas. El dato de la Fundación Dublín indica que en este caso se contabilizan las horas extraordinarias, porque la jornada media en el Estado francés es de 35,6 horas; 38,5 horas se trabajaron en el Estado español y 37,7 horas en Alemania. La conclusión a la que llega el informe es que no baja de forma sustancial la jornada de trabajo.

CAF acordó en verano las 35 horas semanales, un ejemplo en plena crisis

LAB y ELA cerraron en julio un acuerdo, refrendado por la plantilla, para aplicar las 35 horas y garantizar el empleo. Es un ejemplo claro de que se pueden conseguir jornadas de trabajo más cortas para poder trabajar o garantizar el empleo al conjunto de la plantilla.

En 1999 en Hego Euskal Herria surgió un debate en torno a esa reducción del tiempo de trabajo que llevó al acuerdo en el sector público, pero el sector empresarial privado no confluyó en ese camino. No hace mucho, diferentes estudios concluyeron en que aplicando en Hego Euskal Herria la jornada laboral de 35 horas, se podría reducir el 34% del desempleo o evitar los despidos.

En Hego Euskal Herria la jornada anual se situó de media en 1.694 horas en 2011. Pese a la crisis, se realizaron 2,57 millones de horas extraordinarias, que podrían haber dado empleo a otros 1.517 trabajadores. J. B.

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