Una cadena de atentados provoca decenas de muertos en Irak
La crisis que vive Irak se vio agravada ayer al coincidir una cadena de atentados que dejó más de 88 muertos en varias ciudades por todo el país y la condena a muerte del vicepresidente, Tarek al Hashemi, que amenaza con agudizar las tensiones confesionales y los problemas de las instituciones iraquíes. Uno de los atentados alcanzó al consulado honorario francés en Nasiriya.
GARA |
Al menos 88 personas murieron entre el sábado y el domingo en Irak y más de 400 resultaron heridas en una serie de atentados que alcanzaron también al consulado francés en Nasiriya, al sur de Bagdad. Estos ataques elevan a 118 el número de muertos por la violencia en Irak desde mediados de setiembre.
El mayor número de víctimas se produjo en un mercado cercano al mausoleo del imán chií Ali al Sharki, en Amara, al sur del país, donde explotaron dos coches bomba causando la muerte de al menos 16 personas y heridas a otras 50, según los servicios sanitarios de la provincia de Missane.
La capital no escapó a la ola de ataques y fue escenario de cuatro atentados con coche bomba, que mataron al menos a 32 personas. Uno de ellos, en el barrio chií de Sadr City, provocó al menos 13 muertos e hirió a 32 personas, según una fuente del ministerio de Interior y responsables médicos.
Los barrios de Our, Washash y Shula y Hurriya fueron escenario también de explosiones con varios muertos y heridos.
A estas explosiones se suma un ataque armado en la madrugada del sábado al domingo, que se cobró las vidas de once personas, entre ellas dos oficiales del Ejército, contra un puesto de control militar cerca de Balad, 80 kilómetros al norte de Bagdad, cuando a la llegada de refuerzos explotó una bomba colocada en la carretera.
La otra ciudad objetivo principal de los atentados fue Kirkuk, 250 kilómetros al norte de la capital, donde se registraron cuatro ataques. En el más mortífero de ellos fallecieron ocho personas y treinta resultaron heridas al explotar un coche bomba cerca de un centro de reclutamiento de la Policía. Otro atentado similar en esta ciudad, registrado en un aparcamiento de la sede de la North Oil Company, la sociedad pública encargada de la exportación de hidrocarburos en la región, causó la muerte a al menos siete personas y heridas a medio centenar.
Consulado francés
En Nasiriya, a 300 kilómetros de la capital, una bomba colocada en un coche aparcado en las proximidades del consulado honorario francés explotó a las 9.00 hora local, según una fuente diplomática francesa. El cónsul honorario no se encontraba en el edificio en ese momento, pero una persons resultó muerta y otra herida. El Gobierno francés, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores «condenó con la mayor firmeza los atentados perpetrados en varias ciudades de Irak y particularmente el atentado ante el consulado honorario de Francia en Nasiriya». En la misma ciudad, un atentado con coche bomba frente a un hotel causó dos muertos y dos heridos, según el director del hospital municipal. La ola de atentados se extendió también por Tuz Kurmatu, Tal Afar, Samarra, Taji, Baquba, Faluya y Mosul.
Aunque la violencia se había reducido considerablemente respecto a la que se registraba en los años 2006 y 2007, los atentados siguen siendo frecuentes en Irak, sacudido por una grave crisis política en la que se mezclan las tensiones confesionales entre chiíes y suníes, que se reproduce incluso en el seno de las instituciones.
Un tribunal iraquí condenó ayer a muerte al vicepresidente iraquí, el suní Tarek al Hashemi, opuesto al primer ministro chií, Nuri al Maliki. bajo la acusación de haber ordenado la muerte de un abogado y de un policía. También su secretario particular, Ahmed Qahtan, ha sido condenado a muerte. Ambos se encuentran refugiados en Turquía y son acusados de haber promovido escuadrones de la muerte. Al conocerse la condena, Hashemi se encontraba en Ankara, donde se reunió con el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, y donde también sería recibido por el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que ha dejado claro su apoyo al vicepresidente iraquí. Los abogados de la defensa calificaron el proceso de injusto y acusaron al tribunal de ceder a las presiones políticas. Pero uno de los magistrados cortó en seco su discurso: «Está atacando la autoridad judicial. Si continúa, responderá de sus palabras», amenazó. Los jueces no necesitaron más de media hora de deliberación para decidir el veredicto.
El proceso comenzó el 15 de mayo en ausencia de Hashemi, quien, refugiado primero en Kurdistán y luego en Turquía, no ha dejado de negar las acusaciones y de incriminar a su enemigo político, el primer ministro. Hashemi denuncia que el proceso tiene fines políticos, en el marco del conflicto entre el bloque de partidos Iraqiya, dominado por los suníes, y Maliki. GARA