El PNV reunió ayer en el hall del Palacio Euskalduna de Bilbo a decenas de militantes, cargos internos e institucionales, además de representantes de distintos ámbitos sociales, en un acto en el que su candidato a lehendakari desbrozó el programa electoral, presentado como su «Compromiso con Euskadi». Un total de 171 compromisos y 607 iniciativas, sobre los que Iñigo Urkullu dio su palabra de que los cumplirá si llega a ser lehendakari.

El discurso del candidato tuvo un marcado carácter económico y su eje central fue la convicción de que se puede superar la situación actual de crisis. Habló de «sacar adelante Euskadi», evocando -según explicó- el lema del Alderdi Eguna de 1983, el que siguió a las tremendas inundaciones de aquel verano. La comparación no podía ser más explícita.

La idea de que «con trabajo», «seriedad y rigor» «vamos a salir de esta» fue recurrente a lo largo de toda la intervención, así como la necesidad de mirar al futuro.

Urkullu arrancó su discurso agradeciendo el esfuerzo a todos quienes habían participado en la elaboración de tantas propuestas. Cifró en 3.500 personas las que han participado en su elaboración desde el pasado 4 de mayo.

Tres principios

Urkullu no entró a detallar todos los extremos de su proyecto, pero sí dejó claros cuáles son los tres principios que orientarán su acción de gobierno si llega a Ajuria Enea. Por un lado, la reactivación de la economía para la creación de empleo; en segundo lugar, la defensa de la Sanidad, la Educación y los servicios sociales; y el tercer principio es «la proyección de la identidad económica y cultural de Euskadi en el mundo».

Negó que su partido tenga un «programa oculto de recortes», como han estado propagando algunos (en referencia al PSE). «No es cierto. Lo prometo», aseguró. Incidió en que lo que piensa hacer está detallado en el programa, que exhibió en varias ocasiones, y que su compromiso es cumplirlo. Anunció que se guiará por criterios de «rigor económico, austeridad y eficiencia». Prometió contención en el gasto corriente y garantizó el «gasto social esencial».

«Gran acuerdo de transición»

En estos momentos en los que el independentismo catalán ha saltado a las primeras páginas, Iñigo Urkullu mantuvo un tono frío. Habló de «Euskadi, nación europea» y propuso «hacer realidad la transición vasca mediante un gran acuerdo». Detalló que ese acuerdo sería «para crecer en autogobierno, que es bienestar. Para relacionarnos en términos de bilateralidad. Para que Euskadi tenga un reconocimiento y una presencia propia en el mundo».

Y concluyó que se trata de «un gran acuerdo para garantizar el respeto a la voluntad libremente expresada por las vascas y los vascos».

Dejó para el final la cuestión de la paz, con el compromiso de profundizar en la «deslegitimación de la violencia» y la «solidaridad con las víctimas», en la «educación para la paz, los derechos humanos y convivencia democrática», y en la «defensa de los derechos civiles y políticos. Y memoria para la concordia».

Aseguró Urkullu que el PNV trabaja en esta materia con «discreción» y que lo hace con «quienes tienen la responsabilidad de seguir pedaleando. Desde el respeto y el reconocimiento a las víctimas, pero también desde la generosidad que una sociedad democrática tiene que tener para superar el pasado. Superarlo, no olvidarlo».