El Palacio de Justicia de Irun fue el escenario ayer de la subasta de un piso desahuciado por Kutxabank. La subasta quedó desierta y ahora, el afectado, el transportista Luis María Manterola, tiene veinte días para presentar recurso. Manterola ha pedido el amparo de la justicia gratuita por no poder hacer frente a los gastos del proceso.

En este caso, la persona desahuciada por Kutxabank denunció que se enteró del proceso de expulsión de su casa porque a su vivienda llegó la carta de una inmobiliaria que estaba interesada en pujar por el piso. Manterola es transportista y hace dos años su empresa empezó a dejar de pagarle y él no pudo hacer frente a los pagos de la hipoteca. Como salida laboral, decidió establecerse como autónomo, por lo que tuvo que poner una fianza para el alquiler de un camión. Según el afectado, el proceso de desahucio le ha llegado cuando había abonado la fianza del vehículo y tenía intención de empezar a pagar la hipoteca.

Plataforma y Banatuz

Con motivo de la vista celebrada ayer, la Plataforma del Bidasoa contra los Desahucios se concentró en el Juzgado y denunció el oscurantismo con el que Kutxabank ha llevado este caso y el nulo margen de negociación que deja la entidad bancaria.

Por su parte, desde el colectivo de clientes de Kutxa Banatuz criticaron la «poca sensibilidad de quienes dirigen Kutxabank para abordar la solución a este grave problema y optar por la subasta».

Este colectivo, por medio de un comunicado, califica de «vergüenza que no se opte por aceptar la dación en pago para las familias y sí, sin embargo, para las promotoras inmobiliarias». En este sentido, añade que «la poca sensibilidad hacia los más necesitados, la búsqueda de beneficios a toda costa y el abandono de la Función Social que debería cumplir Kutxaban está demostrando que es más necesario que nunca un cambio en profundidad de este tipo de políticas».