El Gobierno español sacó ayer adelante dos de las iniciativas económicas aprobadas durante el periodo estival: la reforma del sistema financiero (en concreto, la tercera en menos de un año de legislatura), que incluye la creación del «banco malo» por orden de Bruselas y el nuevo plan Prepara de ayuda a los parados de larga duración. Esta iniciativa endurece los criterios para aspirar a la subvención.

El rodillo del PP es suficiente para sacar adelante las propuestas de Moncloa en el Congreso. Sin embargo, la convalidación del decreto de Reestructuración y Resolución de Entidades de Crédito tuvo el visto bueno de CiU y UPN. El PNV se abstuvo a la espera de poder introducir enmiendas en el proyecto de ley, al igual que Coalición Canaria. La principal novedad es la creación del denominado «banco malo», que se hará cargo de los activos tóxicos de las entidades financieras que soliciten liquidez. Esta fue una de las condiciones impuestas por Bruselas para firmar el Memorándum de Entendimiento para ofertar un máximo de 100.000 millones para la banca. El PSOE y UPyD, por su parte, así como Amaiur y el resto de grupos de izquierda, votaron en contra.

Para la ampliación del Prepara, el PP contó con el visto bueno de dos antiguos socios: UPN y Foro por Asturias. Solo CiU y ERC se abstuvieron, mientras que el resto votó en contra. Según la reforma, para cobrar la ayuda se tendrán en cuenta los ingresos propios del beneficiario de la ayuda y sus descendientes, así como la de los ascendientes con los que se conviva para calcular si se cumple el requisito de renta exigido, que no podrá superar mensualmente al 75% del Salario Mínimo Interprofesional (481 euros).