Después de la aprobación del MEDE por parte de Alemania, quedaba desentrañar la incertidumbre sobre la compra de bonos en Estados Unidos. Los inversores, por tanto, hacían de la intervención de Bernanke el principal argumento para justificar sus posiciones. En este segundo punto casi todas las apuestas se centraban más en la fecha de su puesta en marcha que en su aprobación, dado que los malos datos de empleo conocidos últimamente y la desesperante lentitud de la recuperación no dejan muchas opciones. En este contexto, y una vez despejada la incógnita sobre el mecanismo financiero de apoyo a los estados europeos, los inversores se mostraron cautos y optaron por tomar beneficios después de la larga racha de avances. Dentro del Estado español se espera que Rajoy deshoje pronto la margarita del rescate, algo que también le pide el BCE en su último boletín al recordar que los desequilibrios presupuestarios son un lastre imposible de soportar en el camino hacia una deuda sostenible. El Ibex, que terminó en los 7.935,90 puntos, se dejó un 0,70%. Las caídas alcanzaron a París (-1,18%) y Fráncfort (-0,45%), en tanto que Londres sumaba un 0,65%. Dentro del Ibex, los mejores fueron Mediaset y Gamesa al subir más de un 2%. Entre los perdedores, destacó Santander (-1,84%). El resto de los grandes valores, excepto Inditex (+0,57%), también registró descensos. El peor del selectivo fue Mapfre (-3,4%). En París, EADS se hundió un 10,20%, en plena digestión del anuncio de su proyecto de fusión con la británica BAE Systems. Las acciones de ST Microelectronics (+1,44%) encabezaron las subidas.