GONZALEZ-ZUBIETA 15
BENGOETXEA-BEGINO 22

Oinatz Bengoetxea pasó al ataque. Cuando el partido más enrevesado estaba, el delantero de Leitza sacó a relucir una de sus armas preferidas y más efectivas, el saque-remate, para ir finiquitando poco a poco el encuentro y lograr el primer punto de su casillero en este torneo riojano de San Mateo.

El segundo partido del último campeonato estival terminó siendo menos atractivo de lo que a priori parecía. Un parcial de 0-8 a mitad del encuentro para la pareja que vestía de azul dio a los vencedores una clara ventaja que no dejarían escapar hasta el mismo final del envite.

Aunque no comenzaron bien las cosas para los triunfadores. Aitor Zubieta parecía estar muy fino con su golpeo, y eso que antes del encuentro había pasado por la camilla del masajista, aquejado de sus manos. De hecho, entrevistado por ETB, Pedro García reconoció que lo veía bien, sin problemas en sus manos al golpear la pelota, aunque la dirección de sus pelotazos no tuviese nada que ver con los dolores previos al choque.

De hecho, esta vez al fuerte zaguero de Etxarri-Aranatz le pasó factura uno de sus puntos fuertes. Motivado por su gran derechazo a la zona de rebote donde se encuentran las cámaras de televisión -que suponía el 3-0-, lo volvió a intentar varias veces durante el envite.

Fue en balde. De sus cinco errores a lo largo del encuentro, el navarro envió la pelota al colchón o a la red de arriba hasta en cuatro ocasiones. Eso no fue obstáculo para que se defendiese de sus rivales. Como el que suponía el empate a cinco. Después de sostener con uñas y dientes los ataques de los azules, Sebastien Gonzalez terminaba de maravilla con un gancho al ancho imposible de restar.

A partir de ese momento, el envite entró en una dinámica negativa, tanto en juego como en resultados. Y es que, se pudieron contabilizar hasta seis errores del 5-5 hasta el 10-8.

Bengoetxea lo tenía claro

Fue el momento clave. Bengoetxea terminaba de raíz con el acierto de Gonzalez. Para ello, el leitzarra se sacó una buena cortada a la pared izquierda antes de sacar su verdadera arma.

Saque-remate. Dícese de ese tanto que se consigue en el deporte de la pelota cuando el deportista realiza la jugada inicial, uno de sus rivales logra restar y el mismo pelotari que había sacado dirige el cuero a un punto en el que nadie puede llegar.

Oinatz domina este juego a las mil maravillas. Lo comenzó en el 11-10 y lo terminó de la misma manera en el 15-22, tanto que les otorgaba la victoria.

Entre medias se pudieron ver otros varios errores por falta de precisión. Como el que cometió el propio Bengoetxea al no poder levantar una pelota bastante clara (15-17). A los colorados se les despejaban los nubarrones.

Puro espejismo. El leitzarra se puso las pilas y con un gancho volvió a recuperar el saque. Zubieta, además, erraba. Oinatz lograba un tanto de jugada inicial, sumaba otro atrás y, como no podía ser de otra forma, terminó con un nuevo saque-remate.