ANAITASUNA 30

ADEMAR LEÓN 34

Fue un quiero y no puedo. Anaitasuna cayó con merecimiento ante un Ademar que solo le permitió hacer la goma y que dominó en la pista y en el marcador. Los de Etxaburu dispusie- ron de más de una ocasión para meterse en el choque, pero en los momentos decisivos aparecieron el desacierto en forma de penaltis y lanzamientos fallados, las paradas de Malumbres -firmó 12- o la efectividad de Ruesga, con diez dianas.

Resultaron claves en ese continuo arrastrar de los locales en pos de la estela leonesa los minutos entre el 10 y el 15. Un gol de Novelle había colocado el 3-4 en el electrónico y en esa misma jugada, el navarro Iosu Goñi era excluido. La coyuntura era inmejorable para darle la vuelta al resultado. Sin embargo, los anfitriones, en superioridad, se dejaron encajar un parcial de 0-3 y a continuación otro idéntico, ya en igualdad, lo que dio alas a los de Manolo Cadenas y dejó muy tocado a Anaitasuna.

A partir de ahí, la escuadra blanquiverde tuvo que remar a contracorriente con el consiguiente desgaste, mientras Ademar sabía administrar su ventaja, bien dirigido por un Ruesga que impuso el ritmo que más le convenía. Impulsados por el público y enmarañados en ocasiones en discusiones arbitrales, los locales iban a arreones: ahora me acerco, luego me alejo, pero sin dar una sensación clara de poder remontar.

Sin concretar la remontada

En esa montaña rusa de aproximaciones y alejamientos, Anaitasuna tuvo la ocasión de volver a meterse en el envite. Corría el minuto 43 y Borragán había colocado el 21-23 en el luminoso, pero el equipo navarro era incapaz de asestar el golpe definitivo. La presión alertaba al Ademar, que volvía a aplicarse en la cancha para protagonizar un 0-4 que le devolvía la calma. Más con el corazón que con la cabeza, los anfitriones siguieron apretando, pero ya no había tiempo material. Un dato: Anaitasuna falló hasta tres lanzamientos desde los siete metros.