Las actuales disputas territoriales en Asia, en particular entre China y varios países de la región, podrían desencadenar una guerra si los gobiernos en cuestión siguen con «sus provocaciones», declaró ayer el secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta. «Estas provocaciones referentes a varias islas aumentan la posibilidad de un malentendido por una parte u otra que podría desencadenar la violencia y provocar un conflicto», declaró Panetta al llegar a Tokio. «Y este conflicto podría extenderse», advirtió el mandatario, quien inicia una gira por Asia que le llevará también a China, en un momento en que la tensión entre Beijing y Tokio es muy alta.

El motivo del litigio que desencadenó este fin de semana numerosas y violentas manifestaciones antijaponesas en varias ciudades de China es un archipiélago en el mar de China Oriental, que los japoneses llaman Senkaku y los chinos Diaoyu y cuya soberanía se disputan ambos países. Este archipiélago, cuyos fondos marinos serían ricos en petróleo y en gas, también es reivindicado por Taiwán.

La decisión de Tokio de comprar estas islas a su propietario privado y de nacionalizarlas provocó que Beijing enviara varios navíos para patrullar durante unas horas sus alrededores.