El presidente sudafricano, Jacob Zuma, se defendió el domingo de quienes le acusan de copiar los métodos del apartheid por enviar a la Policía para impedir las manifestaciones de los mineros en huelga. «El Estado interviene en Marikana solo para poner fin a la violencia y la intimidación», señaló Zuma, quien dijo actuar «como en cualquier país democrático del mundo». La Policía sudafricana impidió ayer una manifestación de mineros en Rustenburg, tras los incidentes del sábado en esta ciudad. El gobernante ANC instó ayer a los propietarios de las minas de platino a cambiar sus métodos de negociación salarial.