«La experiencia de las veteranas y la ilusión de las jóvenes nos hará competitivas»
Entrenador del Lagunak
Tras un verano complicado, con doble relevo en el banquillo incluído, Lagunak ha iniciado la Liga con la certidumbre de que le tocará volver a sufrir, pero con la esperanza de que ese sufrimiento dé sus frutos de nuevo. Lo intentará bajo la batuta de Álvaro Meoqui (Lizarra, 1973) que, pese a su amplia trayectoria en los banquillos, se estrena en el fútbol femenino. Con la misma ilusión que sus jugadoras.
Amaia U. LASAGABASTER
Llegó a Barañain a cuatro días del inicio liguero, recuperándose de una operación en el tobillo y, pese a su larga trayectoria en los banquillos, sin experiencia en el fútbol femenino. Así que a Álvaro Meoqui le ha tocado acelerar su particular pretemporada para dirigir el nuevo proyecto de Lagunak, pero «con todo el mundo, jugadores, cuerpo técnico, colaboradores..., me ha ayudado y creo que ya puedo decir que ya sé dónde estamos, qué queremos y cómo lo tenemos que conseguir».
Pues dígame, ¿dónde están, qué quieren y cómo lo tienen que conseguir?
Estamos en una Liga muy difícil y a la vez muy interesante, en la que competimos con un presupuesto muy débil y con gente joven. Y tenemos dos objetivos claros, uno es disfrutar de la categoría y otro mantenerla. Sabemos que es difícil, pero contamos con la ilusión de las jugadoras nuevas y la experiencia de las veteranas y esa mezcla hace que seamos un equipo competitivo.
No ha sido la forma habitual de empezar con un nuevo equipo, a cuatro días del inicio liguero.
Es atípico y es complicado. Me habría gustado participar antes, en la pretemporada, en la captación de alguna chica... Pero las circunstancias han sido así y hay que amoldarse. Y realmente empiezo a gusto, trabajando a ver si podemos mejorar, con un buen grupo... No es lo habitual, pero estoy contento.
¿Qué le convenció, no solo para llegar en esas circunstancias, sino para pasarse al fútbol femenino y al frente de un equipo que sabe que está condenado a sufrir para mantenerse?
En la primera reunión que tuve con Lagunak me hicieron una pregunta, ¿quieres entrenar en Primera División? Ante esa pregunta, un entrenador no se lo piensa y responde que sí. Luego te vas dando cuenta de que es fútbol femenino, aunque estoy encantado con el cambio, que es un equipo con sus limitaciones... Pero es lo que hay y estoy plenamente convencido.
¿Qué se ha encontrado?
Me he encontrado un equipo bastante sensato y un vestuario que me ha dado muy buena impresión, con veteranas que tienen las ideas muy claras de cómo hay que manejar un vestuario y con jóvenes que ponen los ojos como platos para aprender y eso es algo que me parece muy interesante. En la primera charla que les dí, las jugadoras atendieron como si fuera una charla universitaria. Eso es lo que me he encontrado, una gran capacidad de trabajo y ese deseo de querer enseñar de algunas y de querer aprender de todas. Y fuera del vestuario me he encontrado con mucha ayuda por parte de la gente que trabaja para Lagunak e incluso de gente de fuera.
Como dice, es un equipo con bastante gente joven, en una categoría muy exigente, Supongo que, junto al trabajo técnico y táctico, el psicológico también tendrá mucha importancia.
Desde luego, aunque en realidad son todos. El trabajo físico es muy importante y el táctico también, sobre todo en aspectos defensivos porque muchas veces jugaremos contra equipos que, en principio, serán superiores, así que tenemos que ser buenas física y tácticamente. Y el trabajo psicológico es primordial. Nuestras jugadoras tienen que saber que tenemos que pelearlo todo, estar concienciadas de que los partidos son muy complicados, de que no podemos perder un segundo, ni en los partidos ni en los entrenamientos, de que tenemos que hacerlo todo a tope para ver hasta dónde llegamos.
Como sucedió la temporada pasada, el principio de Liga es como para poner a prueba la fortaleza psicológica. Athletic, Espanyol y Rayo. Quizá sea mejor tomárselo como una pretemporada de calidad y asumir que la verdadera Liga empieza en la cuarta jonada.
Sí y no. A fin de cuentas esto es fútbol y puede pasar cualquier cosa, así que no se regalan los partidos. Ahora nos toca jugar contra el Rayo y puede que perdamos, pero por lo menos vamos a ir a jugar con seriedad, con intensidad, bien plantadas y a ver qué pasa.
Y si no se consigue nada, efectivamente, estos partidos también sirven para que cuando lleguen rivales de «nuestra» Liga, las tareas ya estén hechas. Contra el Espanyol, por ejemplo, y pese a que nunca gusta perder, acabamos satisfechas porque vimos que el trabajo empezaba a dar sus frutos. Las chicas empiezan a sentirse cómodas en el campo y eso significa que vamos a más.
Poco se puede exigir a un equipo amateur en una categoría cada vez más profesionalizada, y más aún después de un verano tan complicado. Pero sí fijarse un objetivo, que en este caso es la permanencia. ¿La ve factible o prefiere esperar a que pasen algunas jornadas más antes de realizar un pronóstico?
Respecto a la exigencia por ser un equipo amateur, es cierto que tenemos que medir hasta dónde podemos exigir a las jugadoras y a nosotros mismos. Pero también sabemos que el futbolista no solo juega por dinero. Yo he entrenado a muchos equipos amateurs y la constancia, el trabajo y todo lo que exige el fútbol lo hemos dado igual; con menos medios, incluso con menos horas de trabajo que otros, pero igual. Lógicamente, todavía no puedo contestar si eso será suficiente, pero por lo que voy viendo habrá un grupo de tres, cuatro o incluso cinco equipos peleando por la permanencia. Yo simplemente puedo decir que veo trabajar a Lagunak y sé que, sea quien sea el rival, vamos a ir a tope y pelear a muerte para dejar dos equipos por debajo.
¿Cuál será el punto fuerte del equipo en esa pelea?
Nuestro campo. Tenemos que hacernos fuertes en casa y que nadie que venga a jugar, sea grande o pequeño, se sienta cómodo, que los equipos que vengan sufran mucho.