La sorpresiva dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, fue ayer primera noticia en casi toda la prensa del Ebro para abajo. Ahora bien, mientras unos diarios resaltaban las diferencias de Aguirre con Rajoy, otros lloraban la partida de la presidenta... si bien tampoco entre estos se ponían de acuerdo.

«El País», que aseguraba que la retirada de Aguirre deja al «sector discrepante» del PP «sin su principal líder», titulaba «Esperanza Aguirre dimite tras imponer su sucesor a Rajoy», y recordaba, no sin razón, que tanto la Presidencia de la Comunidad como la Alcaldía de Madrid actualmente están en manos de personas que no han sido votadas para esos cargos.

Muy diferente era la reacción de «La Razón», que dedicaba enteramente su primera página, con un gran Arriba España... perdón, «Arriba Esperanza», editorial y varias páginas de peloteo a la dimisión de «una política irrepetible», con lo que servidora está bastante de acuerdo, aunque no por los mismos motivos que ese diario. Después, páginas y páginas en las que, entre otras cosas, afirmaba que «Rajoy da el visto bueno a su agenda de sucesión» -y es que «El País» es un mal pensado-; columna de su director, que comenzaba diciendo que intentaría «no caer en los tópicos habituales en estos casos» -menos mal que reconocía que «no es fácil»... aunque en en su caso parece imposible-; otra de César Vidal, quien dedicaba medio texto para hablar de sí mismo y el otro medio para alabar las virtudes liberales de Espe, y terminaba diciendo que se le cae «el alma a los pies pensando qué será de la política sin ella» y rogándole: «¡Esperanza, vuelve!».

También «Abc» dedicaba su portada y dieciséis páginas al «adiós meditado» de Aguirre, además de su editorial, titulado «Aguirre, la convicción liberal», en el que descartaba «cualquier versión que quiera hurgar en problemas internos del PP». Vale, vale, tampoco hay que ponerse así.

Aunque en «El Mundo», que titulaba en primera «La España liberal pierde a su principal referente», Carmen Remírez de Ganuza aseguraba que Aguirre «se va harta de años de lucha interna», que no hay razones personales por medio, sino que «El `portazo' sucede a las discrepancias y tensiones con el Gobierno de Rajoy», algo que también el editorial pedrojotero afirmaba. Así que el asunto está clarísimo.