El juicio se desarrolló ayer en Bilbo en la sede del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) y, antes de su inicio, en el exterior, se concentraron dos centenares de trabajadores, entre ellos también empleados de Nervacero, pertenecientes al mismo grupo, para expresar su rechazo al cierre de la empresa.

Durante la vista, el abogado de Celsa Atlantic defendió que la decisión de la compañía de cerrar las plantas «no rentables» de Gasteiz y Urbina, en Araba, se justifica por las pérdidas acumuladas, que cifró en «256 millones de euros en el periodo 2009-2010».

Por su parte, el comité de empresa pidió la nulidad o, en su defecto, la improcedencia del expediente, que afecta a una plantilla de 352 trabajadores y que fue presentado el 9 de mayo, porque, a su juicio, «no concurren ni causas económicas, ni productivas para el cierre total de la empresa». En su opinión, es una repuesta a la huelga iniciada en la empresa un día antes y que, por lo tanto, supone una vulneración al derecho de huelga de los trabajadores.

La perito presentada por el comité intercentros reconoció que la situación económica de la firma es «delicada», con resultados negativos en los tres últimos años y problemas de liquidez para atender a los pagos. Sin embargo, apuntó que en los tres últimos años la facturación creció un 40% y que los resultados, aunque siguen siendo negativos, los son cada año en menor medida. «La situación es negativa, pero la evolución es positiva», resumió.

Persecución a sindicatos

Desde la defensa de los trabajadores se denunció que la mayoría de los 91 primeros despidos, que ya se han producido, son de personas pertenecientes a unos sindicatos «muy concretos, muy beligerantes con las pretensiones de la empresa de precarizar al máximo las condiciones laborales de los trabajadores», en referencia a las centrales ELA, LAB y ESK.

Fuentes del sindicato ELA manifestaron su satisfacción por el desarrollo del juicio, ya que, en su opinión, se pudo «acreditar y constatar» todo lo que han venido denunciando desde hace cuatro meses.

«En estos meses se ha dado un chantaje y un acoso y derribo a los trabajadores huelguistas y la gente afiliada a unos sindicatos muy concretos», añadieron. En este sentido, ELA indicó que hay que esperar a la sentencia pero confía en que «la Justicia declare nulo este ERE de extinción» y, «teniendo en cuenta el desarrollo de la vista, no ven otra posibilidad».

Por otra parte, desde el comité informaron de que tienen previsto continuar con las movilizaciones y, en concreto, para mañana jueves ya han convocado una manifestación en Gasteiz. Además, celebrarán una asamblea de trabajadores en la que decidirán nuevas acciones de protesta.