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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Mas perverso

Ayer la prensa cavernícola sacaba pecho destacando el anunciado y por ellos exigido «no» de Rajoy a Mas.

«Abc», que, como otros, en los últimos días se ha dedicado a amenazar a los independentistas hasta en las esquelas, tenía el morro de abrir su edición con este titular: «Mas esconde su fracaso con nuevas amenazas», y en su editorial afirmaba que «No es este el momento para crear una crisis territorial en el Estado, pero tampoco de eludirla si se plantea con la virulencia verbal y social que ha exhibido el nacionalismo catalán». Ya, ante la «virulencia verbal y social», no les va a quedar otro remedio que sacar los tanques, ¿no?

«La Razón» decía en su portada que «No hay salida» y aseguraba que el Gobierno «anulará las catalanas si Mas las plantea como elecciones constituyentes». En el mismo diario, Alfonso Merlos, ese que pone cara muy seria, como pretendiendo que las sandeces que dice parezcan interesantes, dice que ni constituyentes ni autonómicas: «No está el país para elecciones», y las exigencias catalanas se le antojan «las excusas más provocadoras, los argumentos más peregrinos y las razones más irracionales. Es imposible adornar y travestir un discurso cuando el fondo es tan evidente para el sentido común: unas políticas desastrosas, plagadas de errores y tocadas de un patriotero aventurerismo han llevado a Cataluña a la quiebra técnica. No hay más». Y el patriótico buen hacer de los amigos de Merlos han llevado a su querida España a la situación más próspera que se pueda desear.

«El Mundo» tenía claro quién es el culpable de lo que pasa y de lo que pueda pasar: «Mas lanza al `pueblo de Cataluña' contra la `pared de la Constitución'». Y en su editorial abundaba sobre el asunto: «Artur Mas está dispuesto a lanzar al `pueblo catalán' contra la `pared' de la Constitución, un camino que sólo puede tener dos finales: o él se estampa contra la pared, o consigue derribarla y, por tato destruir el orden constitucional». Ante este peligro, le daba instrucciones a Rajoy: «sería muy conveniente un acuerdo PP-PSOE para afianzar la pared que Mas pretende derribar. Cuando Ibarretxe planteó un pulso parecido, fue el Rey quien llamó al entonces presidente Zapatero y a Rajoy para lograr un frente común». Y critican los «frentes nacionalistas». Lo suyo es «lo normal», claro. Sin embargo, en Catalunya y Euskal Herria estamos hasta el gorro de esa «normalidad».

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