El proyecto de parking subterráneo de la Costa de los Vascos suscita polémica
El proyecto de parking en una zona que muchos califican de «excepcional» -la Costa de Los Vascos- planteada por el Consistorio de Biarritz está generando gran polémica. Diversos colectivos lo tildan de «aberración» porque causaría «daños irreversibles» en el acantilado.
Arantxa MANTEROLA | BIARRITZ
Aunque con sus diferencias, la cuestión del aparcamiento está suscitando vivas polémicas en las principales ciudades labortanas. El plan del Ayuntamiento de Baiona de cobrar por aparcar en dos parkings hasta el momento gratuitos ha generado una fuerte oposición. Ahora es el proyecto del Consistorio de Biarritz de construir un parking subterráneo en la Costa de Los Vascos el que está levantando ampollas en determinados sectores y colectivos biarrotas.
De hecho, son dos los parkings subterráneos que se prevén construir. Por un lado, el adscrito a la nueva plaza del Mercado, cuyas obras acaban de empezar y, por otro, el que se abriría en el acantilado de la mencionada playa.
El exconcejal y miembro de Biarritz Ecologie Philippe Etcheberry ha sido uno de los impulsores de la oposición a este segundo proyecto. Está convencido de que se trata de una contrapartida acordada por el alcalde, Didier Borotra, a la empresa concesionaria Vinci para paliar la baja rentabilidad que le supondrían las 250 plazas del parking de la zona del Mercado.
En varios niveles
Según la asociación ecologista, el proyecto consistiría en crear un nuevo parking, con 350 plazas, en varios niveles subterráneos bajo la explanada Lassalle que domina la playa de la Costa de los Vascos, donde ya existe un aparcamiento de superficie de 104 plazas «que no suele llenarse más que durante mes y medio en la época estival».
Además, considera que «no contribuirá a aligerar el problema de aparcamiento del centro urbano, sino que, más bien al contrario, originará más atascos», por lo que sería «más conveniente priorizar un sistema de lanzadera para los parkings gratuitos de Aguilera, de la Ciudad del Océano o del espacio Iraty».
Biarritz Ecologie alega, asimismo, la inestabilidad geológica de la zona, evidente por los «múltiples desprendimientos habidos que han requerido de obras muy costosas», y advierte de que el nuevo parking «cavado en el acantilado hará que el lugar quede deformado de manera irreversible».
Por su parte, el teniente alcalde Michel Veunac defiende el proyecto y explica que, entre los objetivos, está el de hacer desaparecer de la vista los vehículos que hoy aparcan en la explanada, construyendo en la misma un mirador, y el de ofrecer estacionamiento en particular a los vehículos que vienen del sur y que tienen tendencia a aparcar en el centro de la ciudad.
Respecto a la fragilidad que podría acarrear al acantilado una infraestructura de este tipo, asegura que se efectuarán los pertinentes estudios geológicos.
El funicular, en dos años
El electo centrista también invoca la construcción en un plazo de dos años de un funicular que evitaría la presencia de vehículos a ras de playa, una idea compartida por la Asociación de Amigos de la Costa de Los Vascos que, en principio, no se posiciona contra el proyecto.
Lo que sí ha manifestado es su deseo de participar en la concepción del proyecto y tiene algunas sugerencias para el parking que, a diferencia de Biarritz Ecologie, considera necesario. Esta asociación plantea la idea de que sea semiabierto, para favorecer la ventilación y el aprovechamiento de la luz natural, o que esté integrado en el entorno paisajístico. Por todo ello, apela al alcalde a que impulse el diálogo en torno a este polémico proyecto.
«La Costa de Los Vascos es un lugar excepcional. El desarrollo de dicho espacio debe inscribirse en una actuación sostenible. No al parking subterráneo». En base a ese escueto texto, la asociación Biarritz Ecologie ha comenzado una recogida de firmas en línea (llevan más de 2.870) contra este proyecto.
En Baiona, el colectivo que se opone a la intención de instaurar el pago por aparcar en los dos únicos espacios gratuitos existentes actualmente (Glain y Champ de Foire) también inició otra recogida el pasado 23 de agosto con el fin de hacer desistir al Ayuntamiento en su propósito. Han recogido ya cerca de 1.700 adhesiones. A.M.
Surfing Biarritz llama a estar alerta y a movilizarse contra la «lógica turística irracional que pone en peligro esta cuna del surf». Apunta a otras alternativas de «transporte blando» (bicis, vías peatonales, lanzaderas) para atraer a los turistas que permitirían preservar «ese lugar mágico».