Esta es una impresión directa, a primera vista, pero después al escuchar la tertulia, uno se convence todavía más de que la candidata está asustando a los medios de comunicación que representan otro ideario y que defienden editorial y económicamente otras opciones y por extensión a los otros candidatos. El respeto que genera, la insistencia por su dominio de las formas, nos deja una vez más con la duda: ¿tanto les abotarga y coarta la foto fija que contribuyeron a crear del mundo de la izquierda abertzale? ¿No leen las noticias, los comunicados, las declaraciones? Están aterrizando ante una nueva situación política que todavía no acaban de asimilar, y la candidata Mintegi les coloca ante el vértigo de una opción estructurada para lograr mayorías sociales y políticas parlamentarias de amplio espectro.

Sin entrar a averiguar el grado de libertad con la que los ciudadanos plantearon las preguntas sin intervención técnica o de ayuda ideológica, el formato es algo ya conocido. Hay lagunas, no son periodistas con consignas de partido, preguntan sobre los temas que a la ciudadanía en general le preocupa, y no hay posibilidad de réplica a la contestación. Será así para todos. La candidata les ha dejado el listón muy alto.