Candidatos con suelo común
La iniciativa «Candidato a consolidar la paz» que presentó ayer la red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri es una contribución interesante en la búsqueda de un suelo común que afiance la paz y la reconciliación. Los vídeos de seis candidatos -PP y UPyD no han colaborado- exponiendo sus propuestas, de manera clara y concisa, cada uno con sus diferencias y sus matices, revelan la existencia de una base común, de una posibilidad real para recorrer juntos el camino hacia la paz. Y para hacerlo, además, desde el diálogo y la cooperación entre diferentes partidos políticos, desde el convencimiento compartido de que la oportunidad de este nuevo tiempo no puede desaprovecharse. Cabe exigir que las declaraciones públicas de los candidatos se plasmen en la próxima legislatura en una nueva cultura política, que esté a la altura de los tiempos y trasmita actitud y ambición en ese afán.
Lokarri ha subrayado las coincidencias que observa de cara a construir las bases para el consenso: la necesidad de preservar la memoria de todo lo ocurrido, construyendo la convivencia sobre el recuerdo y no sobre el olvido; la defensa y reivindicación de los Derechos Humanos; el respeto y el reconocimiento de todas las víctimas de la violencia; la asunción del pluralismo de la sociedad vasca, y la apuesta por el diálogo sin exclusiones para articular un nuevo marco de convivencia. Esos son mimbres que conectan con el sentir mayoritario, que invitan a pensar que los líderes políticos se pueden poner manos a la obra desde ya para hacer de la paz un objetivo común, una ganancia neta para la gente. La vocación de servicio al país, de sacrificio, lleva implícita la necesidad de priorizar con franqueza una conversación adulta para tal fin.
El cálculo cortoplacista, las florituras verbales y las promesas al viento son, por desgracia, demasiado comunes en las contiendas electorales. La paz, que nadie debe explotar como reclamo electoral, es un derecho universal que Euskal Herria desea y merece. Nada la amenaza hoy tanto como quienes la viven como una amenaza. Quienes la ven como una oportunidad para cerrar bien una época y abrir con fuerza y bases sólidas otra nueva tienen una responsabilidad sin precedentes. Que así sea.