El Estado ha rebajado en un 68% sus inversiones en Nafarroa coincidiendo con el último dato del paro, que confirma que el desplome de la economía navarra es más acuciado que la media estatal. En este contexto, el Gobierno de Nafarroa intenta acelerar las obras del TAV. De esta forma, el movimiento económico en Nafarroa de los próximos meses (en definitiva, el PIB) subirá falsamente y maquillará los datos macroeconómicos, pero todo a costa de gasto público, no recuperación real, y con una presunta recuperación de la inversión que tardará décadas.

El portavoz del Gobierno, Juan Luis Sánchez de Muniain, cree que puede forzar al Gobierno a que acelere el gasto en el TAV y en el Canal de Nafarroa en virtud de los convenios que firmaron. Según su versión, como es un gasto compartido, si Nafarroa imprime un ritmo mayor a las obras, el Estado no tendrá más remedio que hacer lo mismo.

«A más velocidad, más financiación. Eso está claro», dijo el portavoz. Aun así, UPN parece que no las tiene todas consigo. Dice que quiere terminar las obras del tren incluso antes de lo previsto, pese a que llevan bastante retraso, pero al final no se compromete. «Vamos a ver si todas las circunstancias lo pueden permitir», dijo el portavoz.

La postura del Gobierno navarro es, en definitiva, un órdago. Al tratarse de financiación «extrapresupuestaria» las obras y el canal pueden permitir que llegue más dinero del Estado sin que el PP dé formalmente su brazo a torcer. Ahora bien, se trata de una maniobra muy peligrosa, puesto que si UPN centra sus esfuerzos en el TAV y no es correspondido por el Estado, la situación se agravaría sustancialmente. La pregunta es si Madrid tiene dinero y autonomía para asumir su parte del gasto.

Por su parte, el PNV, quiere intentar la misma jugada y ayer el sindicato LAB alertó de que «sus intenciones son una amenaza para el bienestar de la ciudadanía vasca».