Las autoridades francesas lanzaron una vasta operación contra una supuesta «red islamista» que se saldó con un fallecido, identificado como Jérémy Sidney, de 33 años y nacido en el Estado francés, y once detenidos.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, precisó que el operativo comenzó a organizarse «hace varias semanas». «Es una operación seria, de envergadura, que tiene como objetivo desmantelar redes terroristas», añadió.

El fiscal de la República de París, François Molins, subrayó que los arrestados, a quienes vinculó con un ataque contra un comercio judío cometido el pasado 19 setiembre al norte de París, formaban «casi una célula». Afirmó que durante los registros, la Policía encontró listas de «asociaciones judías de la región de París», aunque no detalló cuáles serían las intenciones de los detenidos. Aseguró también que entre dicho material había «cuatro testamentos».

En cuanto a las circunstancias en las que se produjo la muerte de Sidney, el fiscal de Estrasburgo, Patrick Poirret, se limitó a decir que falleció en el transcurso de un tiroteo cuando los agentes acudieron a las 6.00 a su domicilio para detenerlo. «Parecía muy decidido, con la voluntad probablemente de acabar como un mártir», señaló.

Dijo también que el joven, que en el momento de la detención estaba junto a su compañera de 22 años, también detenida, y a una menor de seis años y un bebé de un mes, «se había rasurado la barba al llegar a Estrasburgo» lo que, a su juicio, era una señal de que iba a «pasar a la acción». Según la Fiscalía, sus huellas fueron halladas en los restos de la granada que fue arrojada contra una tienda de alimentación judía de Sarcelles. Este ataque, que hirió levemente a una persona, causó gran conmoción entre la comunidad judía de esta localidad.

Durante el asalto a la vivienda, resultó herido leve uno de los policías. El portavoz del sindicato policial, Norbert Georgel, precisó que «el grupo se encontró con un Magnum calibre 35» por lo que abrió fuego y que el agente herido llevaba un chaleco antibalas y un casco, por lo que su vida no corría peligro.

En cuanto al resto de los detenidos, Moulins explicó que todos son jóvenes nacidos en el Estado francés, que «se convirtieron al islam radical». Remarcó que ahora se deberá determinar «cuáles eran los objetivos próximos de esa célula» y que la operación se mantiene abierta

El ministro del Interior, Manuel Valls, que pospuso su viaje a Qatar -donde tenía previsto asistir a la feria anual Milipol, dedicada a la defensa y seguridad interna de los estados- para seguir de cerca esta operación, se reunió por la mañana en el Palacio del Elíseo con el presidente, François Hollande, quien felicitó a la Policía por su actuación y reiteró «la completa determinación del Estado de proteger a los franceses contra toda amenaza terrorista». Instó a Valls a «tomar todas las medidas de vigilancia necesarias».