El PNV se quedó a medias en el objetivo de hacer una demostración de fuerza al inicio de esta campaña electoral. Recurrió al pabellón principal del BEC para su mitin principal de esta carrera hacia Ajuria Enea, pero de sus algo más de 11.000 asientos se llenaron cerca de 9.000. En cualquier caso, eso lo sitúa como el mitin de campaña jeltzale más masivo de los últimos años, en los que habitualmente ha optado por recintos más modestos como La Casilla de Bilbo.

Pero más noticioso quizás fue el tibio contenido del discurso de su candidato, Iñigo Urkullu, que ha pasado de evitar la reivindicación de la independencia a descafeinar el derecho a decidir. Así, explicó que lo que propone al Estado es una línea de «cohabitación responsable» y «soberanías compartidas mirando a Europa».

Utilizó otras etiquetas similares a esta al plantear la posibilidad de un «sistema de bilateralidad efectiva», con «garantías recíprocas de lealtad y respeto». Habló también de «derecho a decidir sujeto a pacto».

Hasta el momento, Urkullu se había mostrado más opaco al reivindicar solo la conveniencia de un nuevo Estatuto antes del año 2015, sin más concreciones. Se daba por seguro que su base sería el derecho a decidir, pero el mandatario del PNV le puso ayer numerosas coletillas.

Por lo que respecta a la independencia, Urkullu la citó esta vez, pero solo para afirmar que «hay que ganarla día a día».

El resto de intervientes también se atuvieron a esta línea de discurso. Así, resultó reseñable que el exlehendakari Juan José Ibarretxe utilizara igualmente un tono bajo y evitara la alusión a la independencia, contrariamente a lo que sí hizo hace un par de días en Catalunya.

Por lo demás, en su alocución el actual candidato a lehendakari insistió en que existe una situación de «emergencia nacional» que aboca a la búsqueda de acuerdos de país, algo en lo que están insistiendo también Patxi López (PSE) y Laura Mintegi /EH Bildu), aunque obviamente desde muy diferentes planteamientos de partida. Para Iñigo Urkullu, la palabra clave ahora es «acuerdo», tanto para crear empleo y riqueza como para alcanzar una paz duradera..

De Errazti a Barkos e Ibarretxe

Durante todo el acto, diferentes personas de la política, el deporte o la cultura aparecieron para mostrar su apoyo a Iñigo Urkullu y defender el proyecto del PNV. Así, Begoña Errazti, exdirigente de EA y cuya actual cercanía actual a la formación jeltzale ya es sabida aunque no milite en el partido por ahora, se llevó la primera gran ovación de la tarde al apostar por Urkullu. También fueron ovacionados el piloto Herri Torrontegi, el concejal del PNV en Gasteiz Gorka Urtaran, y Miguel Madariaga, presidente de la fundación Euskadi, que fueron entrevistados en directo por Iban Garate, que hizo las labores de presentador del acto durante toda la tarde.

Tras esas entrevistas, desde la pantalla gigante se emitió un video en el que se intentaba dejar en evidencia a los otros candidatos a lehendakari. Así, Patxi López y Basagoiti fueron recibidos con una sonora pitada, al igual que Laura Mintegi, aunque en este caso la protesta no resultó tan intensa.

Tras criticar a los rivales políticos llegó el momento de ensalzar la figura propia. Varias personas le dieron sus parabienes en mensajes de vídeo. Destacable fue el aplauso, unánime y prolongado a Uxue Barkos, candidata de Geroa Bai que animó a los habitantes de la CAV a dar su voto a Urkullu, una vez que en Nafarroa ya se ha consumado la ruptura entre su formación y Aralar. Lógicamente, los exlehendakaris Ibarretxe y Ardanza también recibieron una fuerte salva de aplausos.

Otros personajes famosos, ajenos a la política, se sumaron a la expresión de apoyo al candidato del PNV. Fue el caso de Julian Iantzi, presentador de ETB; Jose Luis Korta, el conocido patrón de Kaiku; la triatleta Virginia Berasategi, que dijo confiar en Urkullu «para revertir esta situación de crisis»; y el entrenador de fútbol Javier Clemente, también muy jaleado desde las gradas del BEC.

Los citados Ardanza e Ibarretxe fueron los encargados de cerrar esta parte de apoyo al primer presidente del PNV que aspira también a lehendakari. Ambos le garantizaron su apoyo «total y absoluto», especialmente significativo, aunque en ningún modo inesperado, en el caso de Ibarretxe debido a las notorias discrepancias producidas en su día y que Iñigo Urkullu decidió reflejar en un libro de la periodista María Antonia Iglesias.