Antonio ÁLVAREZ-SOLÍS | Periodista
Ni piensan ni leen
No acabo de concluir si son incapaces de pensar porque no leen o no leen porque son incapaces de pensar. En cualquier caso, lo que dicen quienes nos gobiernan está basado en una ambición perteneciente a la primera mitad del siglo pasado. El Sr. Rajoy ha estado en Euskadi para decir cosas tan sensacionales como esa de que «las fronteras tienen sus días contados». Y ahí está la desintegración de Yugoslavia, el camino que sigue el Reino Unido, la división de estados en el centro de Europa, el conflicto belga, las guerras secesionistas de África, el troceamiento de la Unión Soviética, las descolonizaciones en el norte del Atlántico, la creación de soberanías en el Caribe o en los grandes archipiélagos del suroeste asiático... Parece más bien que muchos pueblos han llegado a convencerse de que seguir perteneciendo a determinadas estructuras estatales les supone una carencia de libertad que no les deja desplegar las alas. O sea, que la aspiración a la soberanía por parte de Catalunya y Euskadi no constituye «un disparate de colosales proporciones». ¿Lee los periódicos el Sr. Rajoy? No parece. ¿Piensa el Sr. Rajoy en la realidad cotidiana? Tampoco parece. De ahí que defienda la unidad sagrada de España bajo la especie ideológica de que hay que ser un país fuerte y grande. Pero ¿cómo de fuerte y cómo de grande? No creo que la España que aherroja a catalanes y vascos dentro de sus fronteras sea más grande y más fuerte con Euskadi y Catalunya dentro de su ámbito total, tan pobre. En cambio, no son más fuertes ni Catalunya ni Euskadi y se quedan más pequeños. La verdadera España no ha llegado a la modernidad económica. Pero Rajoy sigue creyendo que tener más finca queda más potito.