El Ejército sirio bombardeaba «con una intensidad inusitada» según la oposición, las posiciones rebeldes en torno a la localidad de Maaret al-Noomane, que impide al régimen mandar refuerzos desde Damasco a Alepo.

Esta ciudad era escenario de combates que causaron graves daños a la Gran Mezquita de los Omeyas, controlada por las fuerzas leales.

Igualmente el Ejército trataba de tomar el control del barrio de Jladiye en Homs (centro), así como de la localidad rebelde de Talbissé. También había combates en la ciudad de Duma y en el barrio insurgente damasceno de Jobar.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos cifró en 151 los muertos la víspera, 78 civiles, 46 soldados y 27 rebeldes armados.