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Con Tindersticks llega la profunda y cautivadora voz de Stuart A. Staples

Semana intensa desde todos los frentes musicales y con gran variedad de propuestas. Entre las numerosas opciones cabe destacar la visita de los británicos Tindersticks. Trío en la actualidad capitaneado por una seductora voz y unos arreglos atípicos en el pop.

Pablo CABEZA | BILBO

Sería injusto sentenciar que Tindersticks es la voz de Stuart A. Staples, pero su voz de barítono atormentado, melancólico o pleno de amor es lo suficientemente carismática y singular como para no distanciarse del todo, si bien nada hubiese sido lo mismo sin los arreglos de Dickon James Hinchliffe, guitarra, violín y piano, ya fuera de la banda. En cualquier caso, y al margen de egos, Tindersticks es un grupo donde cada componente aporta un hecho diferencial. Y con esa apuesta nacieron en 1991 en Nottingham, Gran Bretaña.

El estilo del trío (Stuart Staples, David Boulter y Neil Fraser), en ocasiones sexteto, quinteto... parte de una propuesta de pop independiente diferenciado de los demás por el uso de arreglos orquestales, esquirlas de jazz, soul y una quietud que ronda lo inquietante, que muerde en la belleza. En Tindersticks no cabe la sonrisa externa, ni siquiera el jolgorio tras concluir una canción, pero quien escucha respira profundo a la par que sus pulmones ríen y sus manos agitan un ineludible plauso.

Se suele, por costumbre histórica o por afán de situar, apuntar que algo hay en el espíritu de Stuart de Serge Gainsbourg, Lee Hazlewood y Scott Walker. Coinciden en elegancia, sobriedad y ese toque crooner en el que el vocalista se encuentra tan cómodo. Sin embargo, los arreglos son más imprevisibles, la estética es contemporánea, incluso violenta con la quietud que unos y otros proclaman.

Quien haya seguido la discografía de Tindersticks comprenderá que su directo puede acercarse al sonido de sus discos, pero que, al menos en sala, no es posible apoyarse en una orquesta o en un coro, apuestas o pretensiones que sí fueron posibles (o son) con otros presupuestos, quizá festivales.

Este viernes, en Kafe Antzokia de Bilbo, la banda presenta «The something rain», muy soul, muy personal, mayestático. Se abre con un corte de nueve minutos extraño, lúcido, para dar paso a una serie de títulos más pegados a la cara más conocida del grupo. «Show my everything» es luminosa, luz a la que siguen otros títulos animados, pero Tindersticks continúan siendo infranqueables cuando sacan su lado más azul, el más melancólico. No obstante, «The somethings rain», con ser un buen disco, no es lo mejor que han creado.

Thomas Belton, antiguo bateria de la banda y colaborador de Calexico presenta un proyecto entre la electrónica, el blues, el jazz y el lo fi.

Kooltur Ekintza

En Arrasate continúan los jueves dinámicos, los jueves de Kooltur, un programa que permite que se acerquen al gaztetxe de la localidad propuestas curiosas o que de no ser por el proyecto no habría posibilidad de ver.

La apuesta para este jueves 18 (22.00) se llama Bastards on Parade, uno de los grupos punk más celebrados de los último años. A su aire punk de taberna los coruñeses le añaden gaitas, flautas, acordeón..., con lo que se suman a la creciente tendencia de grupos que apuestan por la mezcla de folk y punk. Una mezcla entre Pogues y los inevitables Dropkicks Murphy.

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