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Fácil victoria del Caja Laboral Baskonia ante el Joventut

Buen aperitivo antes de la «final» de Milán

A pesar de la baja de última hora de Nemanja Bjelica, los gasteiztarras dieron cuenta de la Penya a base de defender. El rebote ofensivo es el mayor lunar.

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CALA LABORAL BASKONIA 92

JOVENTUT 76

Arnaitz GORRITI

Tenía más que perder que para ganar en su duelo ante el Joventut, tras haber caído frente al Zalgiris Kaunas y en vísperas de la «final» -así lo clasificó el propio Josean Kerejeta en declaraciones efectuadas a ETB en el descanso- de Euroliga en la cancha del Armani Milano. En cualquier caso, y con más facilidad de la esperada, el Caja Laboral Baskonia no solo se impuso, sino que se permitió convertir un duelo con cierto peligro en un ligero y sabroso aperitivo.

El partido se puso de cara desde el salto inicial. La fama de duro e implacable la tiene Dusko Ivanovic, pero quien «ejerció de entrenador» con galones fue Salva Maldonado. El exentrenador baskonista, desesperado ante el horripilante arranque de la Penya, que vio cómo los gasteiztarras se adelantaban 12-0 a base de canastas fáciles a la contra y en estático, pidió tiempo muerto y les dio un minuto para espabilar. Y como sus muchachos no le hicieron caso, cambió el quinteto en bloque. Ni así inquietó el cuadro verdinegro al Baskonia, pero al menos hubo algo parecido a un partido y no un entrenamiento con público.

El cuadro baskonista dominaba el ritmo ante un Joventut que lanzaba y fallaba triples sin descanso; eso cuando lanzaba, ya que también se dedicaron a perder balones a espuertas, con jugadores como Corey Fisher empeñados en mostrar su peor cara. Mientras, en el seno baskonista se suplía la ausencia de Nemanja Bjelica -baja de última hora por un virus intestinal- con un Causeur mucho más activo que dos días antes ante Zalgiris Kaunas. Nocioni, jugando de ala-pívot a tiempo completo, dominaba a placer, bien a través del tiro como gracias a sus penetraciones, y Oleson sacaba su afinada muñeca a pasear. Hasta Cabezas, que cumplió su partido 400 en la Liga ACB, ofreció destellos de calidad, como una penetración cortando por el centro leyendo a la perfección el «dos contra uno» sobre Lampe, que acabaría con asistencia del polaco y bandeja del marbellí.

Naturalmente, no todo era color de rosa. Después de amagar con romper el partido al adelantarse 44-29, el Baskonia cedió un parcial de 0-9. Su defensa se relajó y volvió a evidenciar una alarmante debilidad para cerrar el rebote defensivo.

La Penya pareció desperezarse y encontró en los recursos de Ehambe y Gaffney su primer asidero para pelear, y de su mano jugadores como Kuzmic, Quezada, Oliver o el reaparecido Pere Tomàs -tras pasarse casi una temporada en blanco por lesión y con su contrato en suspenso hasta recuperarse-, para arrimarse 44-38. Al filo del descanso, un triple de Oleson sobre la bocina lo dejaba en 47-38.

Defender es ganar

Una canasta de Savané y un milimétrico pase de Heurtel... a Gaffney -que el verdinegro desperdiciaría con un espectacular mate de espaldas que falló- daban la sensación de que, a fin de cuentas, el partido de ayer iba a tener un final emocionante. Nada más lejos de la realidad. Carlos Cabezas, jugando sus mejores minutos desde que llegara a Gasteiz, lideró la segunda y definitiva escapada baskonista ante un rival que volvió a quedarse sin luz ni recursos.

Porque, si destacó Cabezas a nivel individual, en lo colectivo cabe subrayar la intensidad defensiva. Los de Ivanovic sumaron un buen puñado de robos de balón y provocaron bastantes errores en el tiro a los badaloneses. El único lunar, una vez más, los muchos rebotes ofensivos concedidos, aparte de una absurda técnica que vio Nocioni tras enzarzarse en una discusión con los árbitros. Un triple de Cabezas en los segundos finales del cuarto suponía el punto y final del choque: 72-54.

El cuarto final quedó a beneficio de inventario. Hernández-Sonseca, inédito en los partidos anteriores, dio un merecido descanso -hasta que fue eliminado por faltas- a un Lampe que ofreció prestaciones aceptables, y Milko Bjelica acumuló minutos y, por fortuna, nadie echó de menos a Nemanja Bjelica -salvo en la faceta reboteadora-, ya que los nueve jugadores lograron anotar y hasta seis de ellos superaban la decena de puntos.

El público pudo disfrutar de un bonito aperitivo antes de jugársela el jueves en Milán.

 

 

Bravo Cabezas

«Cada vez me siento más acoplado al equipo», declararía el base baskonista. Con 12 puntos y 3 asistencias, el jugador de Marbella defendió y ofreció el ritmo adecuado para que su equipo lograra la victoria ante la Penya.

Dusko Ivanovic: «Los bajones se notan mucho en los partidos de más alto nivel»

Volvió el Dusko Ivanovic autocrítico dentro de la satisfacción. «Hemos entrado muy serios, con una buena defensa y logrando canastas fáciles. El problema es que siempre sufrimos un pequeño bajón. Ante equipos de alto nivel, este bajón se nota mucho», declaró.

Sobre la aportación coral de los suyos, un afónico Ivanovic añadía que «no regalo minutos, pero mi idea era que gente como Fabien cogiera ritmo y lo ha aprovechado bien. Igual que Milko, que ha jugado mejor, aunque aún no esté en forma».

Por su parte, un resignado Salva Maldonado reconoció su «error» con el quinteto titular. «Sin quitarle méritos al Baskonia, les hemos dado confianza para ganarnos bien». A. G.

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