Ayer la caverna mediática rebosaba de perlas en torno a la previsible y aplastante victoria de las fuerzas abertzales en las elecciones al Parlamento de Gasteiz.

«La Razón» titulaba con grandes letras «Aval absoluto a Rajoy». Evidentemente, se refería a las elecciones gallegas. De las de tres territorios vascos decía que «El País Vasco abre la primera grieta independentista». En páginas interiores, reconocía el «batacazo del PSE, que pierde nueve diputados, mientras el PP baja de 13 a 10». Y después ofrecía el riguroso análisis de Carmen Gurruchaga, titulado «Mayoría Nacionalista con cinco variantes». A primera vista parecen muchas, pero veamos: 1.-PNV, con acuerdos puntuales con otras fuerzas. 2.-PNV con PSE. 3.-PNV-PP, de la que Gurruchaga afirmaba es la menos probable. 4.-PNV más Bildu, que reconocía es «la preferida por la mayor parte del electorado nacionalista pero no por los dirigentes del PNV». Y 5.-Bildu-PSE-EB, el cual, según Gurruchaga, «sería posible, aunque parece poco probable» y a servidora se le antoja más que improbable porque es imposible. El análisis del «experto» Jesús María Zuloaga, por su parte, aseguraba que «ETA no está contenta» y que «llamará a capítulo a los responsables de Batasuna para marcar la estrategia». Y se lo han comunicado a Zuloaga antes que a esos responsables.

«Libertad digital» estaba que trinaba y se ponía pesadito con titulares como «Urkullu busca apoyos con la incógnita de si ETA estará en el Gobierno» o «Bildu supera en un 50% el mejor resultado de ETA en toda la historia». Y más lo estaba Santiago Abascal, quien titulaba su pieza «Yo acuso». Y acusaba «a los actuales dirigentes del autodenominado `PP pop' de haber tirado por la borda un capital político histórico; el del prestigio del PP del País Vasco y la mejor seña de identidad del PP de España». Parecía mosqueado, sí.

Tampoco a «Abc» parecían gustarle mucho los resultados de estas elecciones. Edurne Uriarte, en ese diario, titulaba su artículo «La cosecha del miedo». Pero en esta ocasión no insistía con su matraca habitual: «no me refiero en este caso al miedo de ETA. Me refiero a otro tipo de miedo como factor principal de explicación del gran resultado de los nacionalistas en el País Vasco y del fracaso del llamado constitucionalismo: el miedo a la reivindicación de la propia identidad, el españolismo». Puede ser, Edurne, pero no seas excesivamente dura. Ten también en cuenta que ganar sin hacer trampa es más difícil.