La oposición aseguró ayer estar dispuesta a mantener sus protestas contra el Gobierno a pesar de la violenta represión de la víspera contra la manifestación más multitudinaria de la historia de Kuwait, eso sí, sin cuestionar la dinastía de los Al-Sabah. La intervención de la Policía, que disparó gases lacrimógenos, bombas de sonido y balas de goma, se saldó con quince detenidos y un centenar de heridos.

El Gobierno expresó su respaldo a la actuación de las fuerzas de seguridad durante la represión de las manifestaciones contra la decisión del emir, el jeque Sabah al-Ahmad Al-Sabah, de reformar la ley electoral apenas a un mes de la celebración de los comicios del 1 de diciembre y que, según la oposición, permitirá a las autoridades manipular las elecciones.

Los grupos opositores tienen previsto convocar nuevas movilizaciones tras la brutal actuación policial, declaró a AFP el exdiputado opositor Abdullah al-Barghash. «Mantendremos nuestras protestas hasta que nuestras demandas se materialicen», dijo.

La manifestación del domingo fue «la más importante en la historia de Kuwait», según activistas de la oposición, que cifraron en 200.000 los participantes, un número que fuentes independientes rebajaron a 30.000.

«Por desgracia, vamos hacia lo desconocido. Nos esperan más protestas y enfrentamientos», indicó el analista kuwaití Ayed al-Manna. «El régimen puede declarar la ley marcial, lo que le llevaría a un enfrentamiento abierto con el pueblo», añadió.

«En esta nueva fase, los jóvenes desempeñan un papel central en la oposición», según Dahem al-Qahtani, un analista independiente. «A falta de una solución pacífica, podríamos ir a un escenario similar al de Bahrein», indicó, en referencia a las protestas esporádicas pero persistentes contra la dinastía gobernante bahreiní. «En esta etapa, es muy difícil o imposible para el movimiento popular dar marcha atrás. La solución está en verdaderas reformas democráticas», subrayó.