Lo admito. Escribir en� esta tribuna me ha permitido expresar dudas, sentimientos y deseos. S�, lo reconozco, tambi�n me ha posibilitado disparar contra aquello que me irrita, me subordina y me somete. Y, por qu� no, me ha dado la opci�n de decir cosas de las que no estaba realmente segura hasta el momento de verlas publicadas sobre el papel.

Pero una vez llegada a este punto, una vez dicho lo dicho, creo que tambi�n es el momento de decir lo no dicho. Creo que ahora me toca a m�. Y pensar�is, �pero si siempre te ha tocado a ti! No, quiero decir que ahora me toca a m� ponerme en este lado de la diana, me toca a m� recibir por lo menos alguno de los disparos que pego desde aqu�, y as�, exponer las grandes contradicciones que me empujan a vaciar lo que siento cada quince d�as, que son exactamente dos semanas.

S�, lo s�. Escribir desde aqu� sobre el poder, y sobre todo contra el poder, detentado por hombres, por estados y por culturas, me otorga capacidad de ejercer poder y de relacionarme con el poder. S�, es verdad, yo tambi�n me reconozco como una agente m�s de esta Sociedad del Espect�culo que se apodera de las ideas y de los conceptos para vaciarlos y hacerlos servir en contra de lo que en un principio pretend�an y utilizarlos as�, en nuestro propio beneficio. Como democracia, justicia y libertad. �Os suena?

S�, yo tambi�n he transitado algunos c�rculos que manejan el poder contra hegem�nico, es decir, que detentan el poder de aquellos que se enfrentan con el poder. Al igual que otras compa�eras, en esos c�rculos he sido ense�ada, cuidada y tambi�n a veces, cuestionada. Cuestiones de la realpolitik y del poder, blanco, masculino y contra hegem�nico.

Pero s�, es verdad. A m� tambi�n me ha seducido el poder en muchas ocasiones, sobre todo si lo he podido ejercer yo, o si ha sido en mi favor. Y s�, yo tambi�n ejerzo poder por cuestiones de clase, de etnia y de g�nero. En este caso, por ser blanca, persona conocida y mujer. Y me reconozco ejerciendo poder, inmersa en una estructura que a veces invita a hacerlo, sea porque nos seduce, sea por una cuesti�n de supervivencia dentro del citado c�rculo. Conviene andarse con cuidado para no reproducir esquemas que son precisamente los mismos que nos someten. Lo confieso. Qu� f�cil y qu� inocuo es reclamar la deconstrucci�n de las categor�as, o del g�nero masculino, con el objetivo de acabar con las relaciones de poder que se les asocia, y caer en el riesgo de reconstruir posiciones antag�nicamente mim�ticas.

Por todo esto, y aunque no reniegue de ninguna de las palabras ni de las frases publicadas hasta ahora, he de admitir y de reconocer que esta declaraci�n y este posicionamiento podr�a haber sido el punto de partida desde el que empezar a escribir. Porque no sirve de nada disparar contra los dem�s, si no sabes en qu� posici�n est�s, de d�nde partes y hacia d�nde te diriges.