Una abstención histórica cercana al 60% marcó las elecciones municipales celebradas el pasado domingo en Chile, en las que la oposición aumentó en cerca de 25 los municipios bajo su control, los mismos que perdió el oficialismo de derechas.

Este resultado, de acuerdo con diversos analistas, determinará el camino hacia la elección presidencial que debe celebrarse dentro de un año y que, además, supone un duro varapalo para el Gobierno de Sebastián Piñera.

El presidente declaró que la alta abstención supone una «señal de alerta» para la democracia de su país.

«En esta elección muchos chilenos ejercieron su derecho de no participar, esa es una señal de alerta que no debe pasar desapercibida ni nos debe dejar indiferentes», advirtió.

Entre los municipios perdidos por la derecha hay varios emblemáticos, entre ellos Santiago Centro, Concepción y otros seis en la capital del país.

Los desaparecidos, con voto

Un cambio en las leyes electorales chilenas ha hecho que los desaparecidos a manos de la Policía secreta del dictador Augusto Pinochet fueran llamados a votar. Hasta este año los chilenos tenían que registrarse voluntariamente si querían votar, pero ahora todos los que tengan más de 18 años son registrados automáticamente.

Eso incluye a los desaparecidos porque, según la ley, todavía siguen vivos.

Los familiares dicen que su inclusión en el registro electoral es «un mal chiste que pone sal en las heridas».

El servicio electoral chileno dice que no puede hacer nada, ya que no puede borrar los nombres porque hacerlo sería declararlos muertos.