Casi a diario llegan pateras a las costas de Tarifa. Semejante intensidad no se daba desde el periodo de 2001 a 2204.

Según declaró el presidente de la asamblea local de la Cruz Roja de Tarifa, Israel Díaz, «hace mucho tiempo que esto no se producía», en alusión a las llegadas tan intensas de inmigrantes, aunque aclaró que en el anterior periodo de rescate masivo, que situó entre 2001 y 2004, «no era el mismo tipo de avalanchas», ya que se trataba de pateras «con sesenta o setenta personas».

Ahora son embarcaciones hinchables de juguete en las que viajan una media de seis o siete personas, cosa que complica el viaje, ya que no son embarcaciones preparadas para este tipo de navegación.

Este tipo de lanchas «pueden ocasionar desde un abordaje hasta zozobrar por la estela de un mercante o una colisión. Cuando se echan al agua es una lotería». Además, hoy en día «el mal tiempo no es una excusa. Antes se respetaba, pero ya no. Cuando había levante no se cruzaba, pero ya no hay esa garantía».

Díaz subrayó que las mafias dedicadas a esta actividad cada vez tienen menos escrúpulos.

Según cuentan las ONG de Marruecos, hay miles de personas esperando al otro lado del Estrecho y «se prevé que vaya a haber mucho trabajo».

Díaz quiso aclarar que pese a la intensidad de llegadas de pateras, «el voluntariado de la Cruz Roja se vuelca totalmente cuando hay una avalancha como las que están ocurriendo últimamente» aunque estén algo justos de personal.

La Cruz Roja dispone en Tarifa de 200 voluntarios censados y dos profesionales contratados -una enfermera y un técnico de Salvamento Marítimo-.

No obstante, cuando se produce una emergencia actúan una media de entre quince y veinte voluntarios. Entre el domingo y ayer, se produjo el rescate de once pateras con 66 personas a bordo.