La Real consiguió su primer punto fuera de casa de la temporada, que supo a poco porque desaprovechó dos ventajas y acarició el triunfo en el tiempo añadido en tres remates. Ál último de José Ángel desde 60 metros le faltó poco para superar la marca de Iñigo Martínez y ser el gol de la temporada, pero Dani Hernández lo evitó en el minuto 93 de un partido en el que ninguno de los dos mereció ganar.

Fue un encuentro con más goles que fútbol en el que brillaron dos jugadores. Griezmann marcó los dos tantos realistas y pudo lograr un tercero en la única oportunidad en la que Vela demostró su calidad y Ebert fue un peligro constante para la zaga de la Real y marcó el primer gol del Valladolid y dio la asistencia del segundo de Óscar.

El equipo de Montanier solo jugó bien en los primeros minutos de los dos tiempos, pero necesita muy poco para crear ocasiones. Lo peor fue la fragilidad defensiva. Dejó jugar demasiado a un rival con poca calidad y no supo aprovechar sus dos ventajas. La primera solo le duró seis minutos y la segunda diecisiete. Un equipo tiene que saber jugar mejor cuando se pone por delante, matar el partido e intentar sentenciar a la contra.

Y la Real no hizo ninguna de las dos cosas. Cada vez que se puso por delante se echó atrás, pero sin defender bien y permitió al Valladolid fabricar las jugadas de los dos goles. La del segundo, con un pasillo central libre para la entrada desde la media punta de Óscar fue especialmente dolorosa porque el Valladolid no inquietaba y se encontró con un error que permitió al jugador local de más calidad marcar sin oposición ante un Eñaut Zubikarai que se quedó a media salida.

Buen inicio

La Real entró mejor que el Valladolid en el encuentro gracias en buena medida a la aportación de Chory Castro, que no jugaba de inicio desde el primer partido del Camp Nou. Suyas fueron las dos primeras acciones ofensivas del equipo de Philippe Montanier, sobre todo un disparo cruzado que salió fuera.

Luego también fue el protagonista en el primer gol del encuentro al forzar el saque de esquina y sacarlo con el suficiente criterio como para provocar, tras pelearlo Agirretxe, el balón suelto que aprovechó el más listo de la clase, Griezmann, para enviarlo a la red con la derecha.

Entre el buen inicio de la Real y el gol de Griezmann el partido fue controlado por el Valladolid, que encontró demasiadas facilidades para jugar, sobre todo por las bandas. Balentziaga aprovechó la poca predisposición defensiva de Vela para entrar por la izquierda sin estar acertado en el centro. Más peligro creó por la derecha Ebert, que envió un balón que Javi Guerra cabeceó y Zubikarai detuvo bien.

El portero vizcaino también estuvo acertado en otros dos remates de Ebert, que se convirtió en una pesadilla para la defensa realista. Así fue el autor del empate con un potente disparo lejano que además botó por dos veces antes de llegar a la altura de Eñaut, lo que resultó clave.

El tanto hizo justicia al desarrollo del primer tiempo porque, salvo en los primeros minutos, el Valladolid fue mejor y la Real ni estuvo acertada en defensa ni creó peligro en ataque a pesar de los espacios que concedía el equipo pucelano.

El segundo de Griezmann

La Real también comenzó mejor el segundo tiempo con un corner provocado por Chory Castro y un saque de banda rápido de Carlos Martínez sobre Vela, que centró con la derecha y Griezmann remató al larguero en una clara situación, mucho más clara que la de su gol.

El de Mâcon se resarció pocos minutos después al rematar desde fuera del área con un potente zurdazo una buena acción de Chory Castro, pero la Real tampoco fue capaz de defender la ventaja a pesar de los cambios defensivos de Montanier, que sacó a Xabi Prieto y José Ángel para mantener una ventaja que se esfumó en una nueva oportunidad en la que Ebert superó a la defensa realista y asistió a Óscar, que superó a Zubikarai en su intento de salida.

A partir de ahí el Valladolid estuvo mejor que la Real, pero sin crear ocasiones de gol. Los de Montanier solo reaccionaron en el tiempo añadido con tres remates. El primero de Pardo, tras un lanzamiento de falta, lo paró Dani Hernández, que sacó mal. Iñigo Martínez probó a buscar fortuna desde lejos y el balón se fue fuera por poco, pero mucho más lejano fue el disparo con toda la intención de José Ángel que el portero venezolano impidió que entrara para superar incluso al gol del central en el Benito Villamarín. Ese 2-3 no habría reflejado lo que fue el partido, pero sí habría permitido situar al equipo blanquiazul con los puntos que por juego ha merecido hasta ahora.