«Skyfall» tiene más drama crepuscular en el cincuenta aniversario de la saga
Los bondianos siguen teniendo como película favorita de la etapa protagonizada por Daniel Craig a «Casino Royale», y es muy difícil para las posteriores entregas superar dicho escollo. Sam Mendes propone una lectura más autorreflexiva del agente secreto creado por Ian Fleming, aprovechando la celebración de su 50 aniversario en la gran pantalla. El tono de la película oficial número 23 es más dramático y crepuscular, sin tanto protagonismo de la acción.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
«Skyfall» es un drama clásico atendiendo a que los temas que maneja son la traición y la venganza, como en cualquier tragedia de Shakespeare que se precie. La película tiene el indudable sello de autor que le ha imprimido Sam Mendes, que para eso fue contratado por Barbara Broccoli, la heredera del imperio Eon, que es tanto como decir del mayor capital creativo de Ian Fleming. Los propietarios de la marca 007 querían hacer algo distinto para celebrar el 50 Aniversario de la saga cinematográfica con la película oficial número 23, así que buscaron un cineasta capaz de reflexionar sobre el fenómeno y hacer un poco de historia. Y de ahí el tono crepuscular que domina «Skyfall», con un guión más trabajado de lo habitual, ya que a la pareja de escritores de la casa formada por Neil Purvis y Robert Wade se sumó el cotizado John Logan. Tuvieron asimismo más tiempo de lo normal para preparar el desarrollo argumental, debido a la quiebra que sufrió la distribuidora MGM. La cuestión es que han pasado ya cuatro años desde el estreno de la anterior «Quantum of Solace», que no dejó muy buen sabor de boca.
Una misión fallida deja al descubierto el organigrama secreto del MI6, cuya sede es atacada a continuación mostrando una vulnerabilidad inaceptable. La responsabilidad máxima del servicio de inteligencia inglés vuelve a recaer sobre M, encarnada como siempre por Judi Dench. Es el momento de que 007 le exprese su fidelidad ciega, enfrentándose a una conspiración liderada por el villano Raoul Silva, un brasileño teñido de rubio al que presta su imagen Javier Bardem. La secuencia inicial rodada en Estambul, lugar preferido de Fleming, contiene la espectacularidad que se espera de la apertura de cada nueva entrega Bond. Pero dura cuatro minutos, por más que tardaran cuatro semanas en rodarla. Esto hace que la acción, que la hay en las dos horas y media que dura «Skyfall», por primera vez se vea desplazada por una dramaturgia que obliga a Daniel Craig a ser menos físico.
Título original: «König des comics». Dirección y guión: Rosa Von Praunheim. País: Alemania, 2012. Duración:
84 minutos.
Dirección: Sam Mendes.
Guión: Peter Morgan, Neal Purvis y Robert Wade.
Int.: Daniel Craig, Judy Dench, Javier Bardem, Ralf Fiennes, Naomie Harris.
País: Reino Unido, 2012.
Duración: 143 minutos.
En Hollywood ven a Bardem en el papel de villano latino. En «Skyfall» el malo de la función es brasileño y se llama Raoul Silva. El diseño del personaje se basa mucho en el peinado, repitiendo la jugada que hicieron los Coen en «No es país para viejos», película que le valió un Óscar al actor por su caracterización de Anton Chigurh, según la novela de Cormac McCarthy. Hay quien ve en su nuevo villano el histrionismo del Joker, a quien interpretara Jack Nicholson, pero la intención de los responsables de Bond ha sido homenajear a los villanos de sus 50 años de existencia. Entre todos gana el Max Zorin de Christopher Walken, que también era rubio. M. I.