El diccionario de la Real Academia Española tiene dos acepciones para la palabra anfitrión: «Persona o entidad que recibe en su país o en su sede habitual a invitados o visitantes» y «persona que tiene invitados a su mesa o a su casa». Siguiendo ambas definiciones, utilizadas por todos a menudo, a Oinatz Bengoetxea le toca esta tarde ejercer de tal en el Amazabal de Leitza, con un Xala contra el que se juegan sus últimas opciones de seguir con vida en la liguilla de cuartos del Cuatro y Medio.

Sin embargo, es menos conocido el origen de este vocablo que, según la versión más extendida, toma su nombre de la mitología griega, concretamente de un antiguo Rey de Tirinto, famoso por organizar grandes banquetes. De todos modos, Anfitrión pasó a la historia como víctima de una de los mayores engaños que se recuerdan, ya que cuenta la leyenda que Zeus sedujo a su esposa Alcmena, aprovechando que este se encontraba en el campo de batalla, tomando la forma de Anfitrión. De esta relación nació Heracles -también llamado Hércules-.

Leyendas o mitos al margen, el partido de hoy en casa de Oinatz Bengoetxea también adquiere tintes épicos ya que, consumido en la primera jornada todo el margen de error que concede esta liguilla de cuartos, el duelo entre dos campeones manomanistas ha adquirido una trascendencia vital, porque el que caiga derrotado quedará prácticamente eliminado.

Oinatz, favorito

Al margen de jugar en casa, una opción que ayuda a muchos pero que otros tantos prefieren evitar, Oinatz Bengoetxea parte como favorito esta tarde, por mucho que el de Asegarce quisiera quitarse esa vitola en la elección de material.

Y es que, aunque ambos cayeran derrotados por un marcador muy similar en la primera jornada -22-12 Xala ante Arretxe y 22-13 Bengoetxea VI ante Aimar Olaizola-, la forma de perder fue muy distinta en ambos casos. El de Asegarce plantó cara al vigente campeón en una primera parte del partido jugado a un ritmo frenético, mientras que el de Aspe apenas opuso resistencia a su rival en un arranque de campeonato muy decepcionante. «Me ha costado olvidar ese primer partido. Ya han pasado varios días y poco a poco van desapareciendo las malas sensaciones. Me bloqueé y no pude reaccionar. Arretxe comenzó imponiendo mucho ritmo y me quedé fuera del partido mucho antes de lo que pensaba. Cuando quise entrar ya era tarde. En el Cuatro y Medio te tiene que salir todo bien para ganar los partidos y en Hendaia no estuve acertado», reconoció Xala en la elección de material llevada a cabo el martes en Leitza.

Si la clave radicó en el ritmo, al de Lekuine más le vale haber aprendido la lección, ya que el que imprima esta tarde Oinatz Bengoetxea no tiene pinta de ser menor del impuesto por Arretxe. «Oinatz tiene un tipo de juego que no le va a nadie. A pesar de perder, ante Aimar demostró que se encuentra en un momento muy bueno de juego y que en el acotado se desenvuelve muy bien. Además, él jugará en casa y tendrá a todos de su lado». Oinatz Bengoetxea, que nunca ha jugado un duelo de campeonato en Leitza, no cree que jugar en casa le beneficie ni le perjudique.