Ida copera en El Molinón
Mejor juego, idéntico resultado
Los rojillos volvieron a caer lejos de su estadio, otra vez por un error propio y, pese a la mejoría en su juego, de nuevo carecieron de pegada en los metros finales. Masoud, muy participativo y el mejor en ataque, se reivindicó como titular para este próximo domingo.
SPORTING 1
OSASUNA 0
Natxo MATXIN
Mucho se habló en esta primera parte de la semana sobre el papel de revulsivo que se le otorgaba a la ida copera de El Molinón. Si a juego y predisposición se refiere, el balance debe ser positivo por lo que se pudo ver sobre el campo, pero si ese punto de inflexión se ajustaba más a lo que son resultados, la verdad es que poco ha cambiado desde que se inició la presente temporada.
Como ha ocurrido en anteriores precedentes, Osasuna le puso ganas y buena voluntad en el estadio sportinguista, pero adoleció de falta de mordiente en ataque -otro encuentro más sin marcar- y volvió a fallar en defensa. Otro error -esta vez fue una pérdida en medio campo- le costó muy caro a la escuadra navarra, que encajó su único gol de la tarde como consecuencia de ese fallo y prácticamente la única oportunidad del rival.
Males que, por su carácter endémico, siguen alimentando la preocupación respecto a un equipo que no acaba de arrancar y cuyos enfermizos síntomas pueden derivar en la sensación de que el paciente no tiene cura. Queda todo un mundo por disputar -el domingo se jugará un cuarto de la competición liguera-, pero el cuadro rojillo tiene que reaccionar antes de que sea demasiado tarde.
Como era de esperar, el técnico osasunista, José Luis Mendilibar, sacó un once con prácticamente los menos habituales -a excepción de Puñal-, buscando no solo obtener un buen resultado de cara a la vuelta, sino también poner en liza a hombres que le transmitiesen sus ganas de ser titulares y de aportar algo diferente al bloque que más está empleando hasta ahora. Algunos consiguieron el objetivo, pero otros no.
Entre los primeros, destacó sobremanera la actuación de Masoud. El iraní estuvo muy metido en el encuentro, de sus botas salieron las mejores jugadas ofensivas y los más llamativos gestos técnicos, con detalles como alguna cola de vaca y túnel incluidos. No sería descartable que fuese una de las novedades en el equipo inicial que se medirá al Valladolid.
Junto a él, también Roberto Torres, algo más escorado a banda pero realizando diagonales y probando el disparo a puerta, también se ganó estar, al menos, en la convocatoria para este domingo. Otro de los que también rayó a una aceptable altura fue Raoul Loé. En el lado opuesto, la línea defensiva, quitanto a Echaide y algunos providenciales cortes de Flaño en la segunda parte, volvió a ser la zona más fragil.
Dos posibles penaltis
El partido estuvo determinado por el tempranero gol de Sangoy -el argentino se convierte en el momentáneo máximo anotador de esta edición copera, con tres dianas-, a partir del cual Osasuna se hizo con el mando del partido, teniendo el balón y generando aproximaciones al área rival, pero nunca llevando el necesario peligro como para remontar el resultado. El más claro lance del cuadro rojillo se produjo al inicio de la segunda parte cuando Masoud fusiló a Cuéllar, pero el guarda- meta sportinguista firmó un paradón para desviar a corner.
Los navarros reclamaron, además, dos posibles penas máximas que Iglesias Villanueva no tuvo a bien señalizar, una del citado Cuéllar en una de sus salidas sobre Miguel Flaño, y otra de Lora a Joseba Llorente casi con el tiempo cumplido.
Osasuna no da pie con bolo cada vez que juega lejos de El Sadar. La estadística reciente no deja lugar a dudas: los rojilos han cosechado seis derrotas en los otros tantos últimos partidos que han disputado fuera.
El técnico rojillo, José Luis Mendilibar, incidió de nuevo en la falta de mordiente que ve en su equipo. «Hemos combinado bien hasta el vértice del área, pero nos falta matar, hay que dar más cuando llegamos al borde del área del rival», insistió.
Lo cierto es que, según ahondó el preparador zaldibartarra, a sus hombres les cuesta «hacer ocasiones para todo lo que hemos jugado en campo contrario» y volvió a lamentarse de que «no estamos acertados de cara a gol», muy al contrario de lo que ocurre con el enemigo, que se aprovecha de que «hemos cometido un error y nos han hecho gol».
Respecto a si se había conseguido el objetivo de rearmar la moral del grupo y el convencimiento del trabajo que se hace, admitió que «el resultado para eso no es bueno», aunque sí en lo que se refiere a la eliminatoria propiamente dicha, porque «quedan 90 minutos en nuestro campo y es remontable. En todo caso, podemos ver la botella medio vacía o medio llena, pero está claro que pagamos muy caro la dinámica en la que estamos metidos», concluyó.
Por su parte Miguel Flaño, que ayer regresó al eje de la zaga, reclamó penalti en la jugada en la que fue protagonista -«el fuerte golpe que llevo en la cara evidencia que fui arrollado, es muy claro»- y en el lance en el que Llorente fue agarrado en el minuto 89. En cualquier caso, reconoció que el equipo «tiene que corregir algunas cosas, sobre todo en contundencia y solidez». N.M.