Parecía que, al fin, el Caja Laboral Baskonia estaba adquiriendo velocidad de crucero. Los de Dusko Ivanovic, basados en una defensa eficaz, se iban 48-30 al descanso ante un Anadolu Efes algo escaso de recursos cuando sus individualidades se quedaban sin resquicios para lucirse.

Pero luego llegó el desastre para el Baskonia. Lo que en la primera mitad era intensidad defensiva y buena circulación de balón, se convirtió en blandura atrás y el ataque un festival de triples que golpeaban el aro. Para cuando se dio cuenta la gente, Efes estaba a tres puntos: 55-52 al final del tercer cuarto. Pero la sangría no iba a parar con el cambio de cuarto: 64-76 en contra para firmar un horrendo 16-46 total en la segunda mitad. Toca reconstruir una situación otra vez peliaguda de los escombros del duelo de ayer.

Raro sin límites

Hasta entrenadores tan experimentados como Oktay Mahmuti y Dusko Ivanovic eran incapaces de explicar qué había pasado. El Baskonia tomaba la iniciativa desde el inicio, con Oleson como primer anotador y buenos minutos de Pleiss, que se permitió hasta anotar un triple, al estilo Stanko Barac.

El Anadolu Efes solo respondía gracias a Farmar, pero sin jugar en equipo y errando bastantes tiros libres. Cuando el Baskonia, en el segundo cuarto, paraba a Farmar, los otomanos se diluían mientras que en el Baskonia emergía Nocioni en su mejor versión. Una canasta de Cabezas ponía el 48-30 en el tiempo de descanso.

Y a la vuelta todo cambió. Lampe falló varios triples y Farmar empezó a meterlas de nuevo. Asimismo, Erden y Vujacic también aportaban. Los cambios y parones no traían nada bueno y solo un par de acciones de Cabezas y el dominio al rebote de Nemanja Bjelica mantenían al Baskonia con ventaja.

Hasta que apareció Batista. El exbaskonista fue la puntilla de los de Ivanovic. Se hizo el amo del poste bajo ante un Baskonia perdido que no se rindió, pero que tampoco halló la vía de salir del terrible entuerto en el que se ha metido hasta el cuello.