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Pocas certezas más allá de la victoria de CiU

Horas antes del inicio de campaña, la Generalitat y el CIS publicaron sendas encuestas que coinciden en poco más que en otorgar la victoria a CiU y dejar abiertas muchas posibilidades. Según el barómetro catalán, la CUP-AE podría conseguir tres diputados.

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Beñat ZALDUA

La campaña electoral catalana arrancó con una certeza y muchas dudas sobre el resultado que pueden arrojar las urnas el próximo 25 de noviembre. La victoria de CiU es la única certeza que nadie se atreve a poner en entredicho, pero a partir de este dato, todo son posibilidades abiertas en una campaña con el independentismo y el derecho a decidir como principal pero no único eje.

Como síntoma del incierto resultado de las elecciones basta observar las dos encuestas publicadas ayer por el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat y por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La única cifra en la que coinciden es en otorgar la victoria a Artur Mas, pero con diferencias sustanciales. El CEO otorga a la federación nacionalista una mayoría absoluta con una franja de entre 69 y 71 escaños -ahora tiene 62-, mientras que el CIS deja los diputados de la derecha catalana entre 63 y 64 -la mayoría absoluta está en 68-.

Pero las principales sorpresas -y divergencias- se encuentran en el resto del arco parlamentario. El PSC sigue caminando hacia la irrelevancia y conseguiría 19 escaños según el CIS -manteniéndose como segunda fuerza- y tan solo 15 según el CEO -pasando a ser tercera fuerza-. De cualquier manera, sería el peor resultado en la historia de los socialistas catalanes, que en el mejor de los casos perderían un tercio de sus 28 escaños actuales y, en el peor, la mitad. Todo un golpe de gracia tanto para el PSC como para el PSOE.

El principal beneficiario del descalabro socialista sería, según la encuesta de la Generalitat, el PP de Alicía Sánchez-Camacho, que pese a subir como mucho un escaño -entre 18 y 19-, se convertiría por primera vez en la segunda fuerza del Principat. El CIS, sin embargo, es menos generoso con el partido de Mariano Rajoy y le otorga entre 16 y 17 escaños, frente a los 18 que tiene ahora.

Por detrás siguen ERC, al que el CIS sitúa como tercera fuerza con 17 escaños -ahora tiene 10- y a la que el CEO le da 14 diputados, a tan solo uno de los socialistas. Los ecosocialistas de ICV-EUiA son los más regulares ya que se quedarían con los 10 escaños actuales, según el barómetro de la Generalitat y subiría uno según el CIS.

El voto españolista en contra del auge independentista se lo llevaría Ciutadans, que doblaría sus tres diputados hasta conseguir entre seis y siete. Del arco parlamentario, las peores noticias se las lleva sin embargo Solidaritat, que según el CEO se quedaría sin representación y, según el CIS, se quedaría con un escaño de los cuatro que tiene ahora.

Por último, destaca la irrupción en sede parlamentaria de la Candidatura d'Unitat Popular-Alternativa d'Esquerres, a la que el CEO le otorga serias posibilidades de obtener una representacón de hasta tres diputados. El CIS, por su parte, no le da ningún escaño a la CUP-AE, pero cabe tener en cuenta que el barómetro comenzó cuatro días antes de que la formación de la Esquerra Independentista anunciase su participación y que la opción de votarlos no aparecía en las encuestas telefónicas, por lo que se basa simplemente en una estimación del voto. Pese a la poca repercusión mediática que está teniendo la candidatura encabezada por el periodista y activista social David Fernández, en poco más de dos semanas han pasado del 1,1% de estimación de voto que les daban las primera encuestas al 2,8% que les da el CEO, por lo que cabe pensar que la proyección podría seguir siendo ascendente.

Campaña muy abierta

Más allá de los habituales cocinados de trastienda, la diferencia entre los resultados arrojados por ambas encuestas podría explicarse por el 29,5% de indecisos que contempla el barómetro del CEO. Algo que indica que las encuestas -ya dudosas de por sí- podrían caer en amplios márgenes de error.

Cabe suponer que buena parte de de estos indecisos son tradicionales votantes socialistas, que dudan a la hora de seguir confiando en un partido sin respuestas nacionales ni sociales a ojos de muchos electores. Es fácil, por lo tanto, que el PSC recoja finalmente alguno de estos votos, consiguiendo con ello un resultado no tan ridículo, aunque igualmente catastrófico. O viceversa, como se prefiera ver. Entre los indecisos, además, destaca la duda de un 12,6% entre votar CiU o ERC, y de un 7,6% entre CiU y PSC; electores que podrían acabar decidiendo sobre la mayoría absoluta de Mas.

Pero más allá de los resultados partidistas, las encuestas perfilan ya las líneas generales del Parlament que saldrá de las elecciones del 25 de noviembre. Un Parlament que tendrá una mayoría soberanista cercana a los dos tercios -el 57% de los encuestados votaría a favor de la independencia en una consulta- y donde la derecha seguirá gestionando a su antojo la crisis y los recortes, ya que, según el CEO, las derechas catalana y española serían las dos primeras fuerzas.

El debate nacional no oculta la alarmante situación social

Además del sondeo electoral, en el barómetro del CEO destaca el dato de que el 52,1% de los electores decidirá su voto en función de las propuestas sobre la crisis económica, frente al 35,2% que lo hará según la posición de cada partido respecto a las relaciones entre Catalunya y el Estado. Del mismo modo, el paro y la precariedad laboral son las principales preocupaciones para el 62,1% de los catalanes. Con la triste herencia que dejan los recortes de CiU y PP -y con una huelga general en medio de la campaña electoral-, podría ser el factor que deje a Artur Mas sin su ansiada mayoría absoluta. B. ZALDUA

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