Como aperitivo de la reposición en salas de cine de «El festín de Babette», en el Donostia Zinemaldia tuvo lugar, dentro de la sección Culinary Zinema, una recreación de la cena protagonizada en la película por Stéphane Audran. El menú constaba de Sopa de tortuga al vino amontillado, Blinis Demidoff, Codornices en sarcófago, Ensaladas, Surtido de quesos y Tarta de cerezas.

Claro que la perspectiva histórica cambia, porque no es lo mismo disfrutar de ese banquete hoy en día, que hacerlo en una comunidad puritana de la Jutlandia luterana del siglo XIX. Aunque el dilema vuelve a plantearse en cierta medida con la crisis en su vertiente ética, al no saber hasta qué punto es tolerable el hedonismo y el lujo gastronómico en medio de una situación de austeridad. La buena cocina no está reñida con el consumo responsable y a nadie le amarga un dulce.