Una frase del jugador del Athletic Markel Susaeta alborotó anteayer la caverna, y ayer los medios recogían la «aclaración» del eibartarra, en la que afirmaba que no quiso «menospreciar ni faltar nadie», aunque algunos no se quedaban muy convencidos.

«Abc» abría su sección de deportes con ese asunto bajo el título «El miedo a decir `soy español'». Resulta que no dijo lo que el facherío quiere que diga. «Abc», al parecer, le había dado a Susaeta otra oportunidad, pero no la aprovechó, pues «elude de nuevo la palabra España». De momento, al menos, no proponía que lo fusilen. Algo es algo. Comenzaba el de Vocento diciendo que Susaeta es «víctima de su mala expresión personal o de sus temores. Reo de la tensión o de su identidad». Servidora no sabe de qué es víctima y reo el jugador del Athletic, pero sí que muchas y muchos vascos, entre ellas y ellos futbolistas, lo somos de España.

Continuaba diciendo que en su comunicado«de rectificación ha manifestado que se refería `al estilo de juego'. Sin embargo, continuó sin mencionar la palabra `España'. Solo cita `selección' dos veces». Pobre hombre, la próxima vez le van a obligar a jurar bandera. La de la cosa, claro.

Y después hacía un poco de historia, asegurando que «Esta ambigüedad en sus manifestaciones coincide con la antigua forma de actuación de los jugadores que no se sentían españoles y no se atrevían a cortar una carrera manifestando una posición política clara», La prueba era pronunciar la palabra «España», pues mencionar «la selección» era «la escapatoria general». La escapatoria general es lo que queremos la mayoría de las vascas y los vascos, pero no escapar de pronunciar palabra alguna, sino de la cosa.

Ofrecía además la opinión de varios exjugadores de la selección de la cosa, y todos creían que el del Athletic se ha equivocado, y Buyo y Adelardo pedían ética: «Si no se sienten españoles, que lo digan al entrenador y ya está». Pues claro que sí, seguro que les recomienda una o un buen especialista para superar ese terrible problema.

Y en un despiece, afirmaba que Iribar, «plusmarquista internacional de partidos con España durante muchos años, con 49 encuentros, en 1976 reconoció que no se sentía español. No volvió a ser convocado». ¿Por qué no lo diría antes? La fachenda quisiera que, como antes de la muerte del salvador de la cosa, esa declaración conlleve algo más que no convocar a quien la hace.